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Salmos 142:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Mira a mi derecha y ve: nadie me tiende la mano. Nadie me ayuda; a nadie le interesa lo que me pase.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Busco a alguien que venga a ayudarme, ¡pero a nadie se le ocurre hacerlo! Nadie me ayudará; a nadie le importa un bledo lo que me pasa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce. Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mira a mi diestra y observa, que no hay quien me reconozca. No tengo refugio ni hay quien pregunte por mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aun si el ánimo me falta, tú conoces mi senda. En el camino por donde voy me tienden ocultas trampas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Miré a mi mano derecha, y observé; mas no había quien me conociese; no tuve refugio, nadie se interesó por mi alma.

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Salmos 142:4
19 Tagairtí Cros  

Pero los malvados no hallarán escapatoria: su única esperanza está en la muerte».


Porque el Señor protege los pasos de los justos; pero los pasos de los impíos conducen a la perdición.


Yo le dije al Señor: «Tú eres mi Dios». Escucha, Señor, mi súplica por misericordia.


Guárdame de las trampas que me tienden, de las trampas de los que hacen mal.


Estoy perdiendo toda esperanza; el temor me paraliza.


Todos mis enemigos se burlan, mis vecinos me desprecian y mis amigos tienen miedo de acercárseme. Temen toparse conmigo; vuelven la vista cuando yo paso.


Sus insultos me han quebrantado el corazón; y estoy desesperado. ¡Si por lo menos uno mostrara piedad! ¡Si uno por lo menos me consolara!


Me has quitado amigos y seres queridos; ahora solo quedan las tinieblas.


Has hecho que mis amigos me detesten, y ellos se han alejado. Estoy en una trampa y no puedo salir.


Deseo que se escuche en todas sus casas llanto amargo mientras súbitamente son asaltadas por los soldados, pues cavaron un hoyo para que yo cayera en él y han puesto trampas ocultas para atraparme y darme muerte.


Los pastores y demás líderes no hallarán dónde esconderse ni por dónde escapar.


Les devolveré a ustedes la salud y sanaré sus heridas. Ahora los llaman «Los desechados» y «Jerusalén, sitio que nadie quiere».


Los que confían en dioses falsos no saben lo que se están perdiendo; desprecian el inmenso amor de Dios.


Pero esto sucede para que se cumplan las predicciones de los profetas en las Escrituras. Los discípulos huyeron y lo dejaron solo.


La primera vez que comparecí ante el juez nadie me respaldó. Todos me desampararon. Que esto no se les tome en cuenta.


Pero David se dijo: «Algún día Saúl me va a encontrar y me dará muerte, por lo tanto me iré a territorio de los filisteos hasta que Saúl deje de buscarme. Sólo así volveré a tener seguridad».