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Salmos 142:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Porque estoy abrumado y desesperado, y sólo tú sabes qué rumbo debo tomar. Por donde quiera que vaya, mis enemigos me ponen trampas.

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Biblia Reina Valera 1960

Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando me siento agobiado, solo tú sabes qué camino debo tomar. Vaya adonde vaya, mis enemigos me han tendido trampas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

cuando en mí desfallece mi espíritu, pero tú, ¿no conoces mi sendero? En el camino por donde pasaba ocultaron una trampa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mientras mi espíritu desmaya dentro de mí. Pero Tú conoces mi sendero, Que en el camino por donde avanzo me han escondido una trampa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

vierto mi queja en su presencia, digo mis cuitas a su vista.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cuando mi espíritu se agobiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

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Salmos 142:3
20 Tagairtí Cros  

Pero él conoce cada detalle de lo que a mí me ocurre; y cuando me haya examinado, me declarará completamente inocente: tan puro como oro macizo.


Porque el Señor protege los pasos de los justos; pero los pasos de los impíos conducen a la perdición.


¡Escucha, Señor, mi oración! ¡Escucha mi súplica!


Mi corazón está enfermo y se marchita como la hierba; ¡hasta he perdido el apetito!


Esos orgullosos me han tendido una trampa; han puesto los lazos de su red, han tendido trampas a lo largo de mi camino.


Guárdame de las trampas que me tienden, de las trampas de los que hacen mal.


Estoy perdiendo toda esperanza; el temor me paraliza.


Has probado mis pensamientos; aun de noche has examinado mi corazón. Has buscado dentro de mí sin hallar nada incorrecto y sabes que he dicho la verdad.


Mi fuerza se escurrió como agua y tengo todos los huesos descoyuntados. Mi corazón se derrite como cera;


Líbrame de la trampa que mis enemigos han armado para mí. Porque sólo en ti hallo protección.


Se reúnen y me espían; observan cada uno de mis pasos para matarme.


Desde los confines de la tierra, clamo a ti pidiendo auxilio pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo.


El mayor de los hombres, o el más humilde, nada son ante sus ojos. En la balanza pesan menos que el aire.


Pienso en Dios y me lamento, agotado por el ansia de recibir su ayuda.


Deseo que se escuche en todas sus casas llanto amargo mientras súbitamente son asaltadas por los soldados, pues cavaron un hoyo para que yo cayera en él y han puesto trampas ocultas para atraparme y darme muerte.


Levántate en la noche y clama al Señor, cuando los guardas inician la ronda. Derrama tu corazón delante del Señor, como si fuera agua, y levanta tus manos hacia él en actitud de oración. ¡Clama a Dios por tus niños y niñas que desfallecen de hambre en las calles!


Los fariseos se reunieron para tramar la manera de enredar a Jesús en sus propias palabras y hacerle decir algo que lo comprometiera.