Por delante y por detrás me rodeas, y colocas tu mano sobre mi cabeza.
Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.
Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
Me aprietas por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí.
Me has constreñido por detrás y por delante, Y has puesto sobre mí tu mano.
Por la espalda y de frente tú me cercas, por encima de mí tienes la mano.
Detrás y delante me has rodeado, y sobre mí pusiste tu mano.
Porque el ángel del Señor acampa alrededor de todos los que le temen y los libra.
Y aunque los ancianos pudieron contemplar a Dios, y comer y beber con él, no murieron, pues él no usó su poder para destruirlos.
El Dios eterno es tu refugio, y abajo están los brazos eternos. Arroja a tus enemigos delante de ti y grita: “¡Destrúyelos!”.
Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No temas! Soy el primero y el último,