Salmos 139:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Biblia Nueva Traducción Viviente Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Biblia Católica (Latinoamericana) Examíname, oh Dios, mira mi corazón,
ponme a prueba y conoce mi inquietud;' La Biblia Textual 3a Edicion Escudríñame, oh ’Elohim, y conoce mi corazón, Pruébame, y conoce mis pensamientos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Examíname, oh Dios, y reconoce mi interior, explórame y advierte mis desvelos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos: |
Pero el Señor está en su santo templo; aún reina desde el cielo, observa atentamente cuanto ocurre y a cada ser humano aquí en la tierra.
Él pone a prueba al justo y al malvado; aborrece a los que aman la violencia.
Has probado mis pensamientos; aun de noche has examinado mi corazón. Has buscado dentro de mí sin hallar nada incorrecto y sabes que he dicho la verdad.
Sométeme a examen, Señor, y compruébalo; prueba también mis razones y sentimientos.
La plata y el oro se prueban con el fuego, pero al corazón lo prueba el Señor.
¡Oh Señor de los ejércitos, tú eres justo, tú conoces los pensamientos e intenciones de la gente! Fíjate en el corazón y los móviles de estos hombres. Dales su merecido por todos sus planes. De ti espero justicia.
A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.
que te dio de comer maná en el desierto (una especie de pan que antes te era desconocido). A lo largo del camino te probó y te humilló con el fin de hacerte bien.
¿Recuerdas cómo te condujo el Señor a través del desierto durante estos cuarenta años, humillándote y probándote para saber dónde estaban tus prioridades y si realmente obedecerías o no sus mandamientos?
La fe de ustedes es como el oro que tiene que probarse por medio del fuego. Así también su fe, que vale mucho más que el oro, tiene que probarse por medio de los problemas y, si es aprobada, recibirá gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.