Esperando tu salvación se me va la vida; pero he puesto mi esperanza en tu palabra.
Salmos 13:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero yo, desde ya, confío en tu gran amor. Me gozo porque tú me has salvado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. Biblia Católica (Latinoamericana) En cuanto a mí, confío en tu bondad; conoceré la alegría de tu salvación y cantaré al Señor que me ha tratado bien. La Biblia Textual 3a Edicion Porque yo en tu misericordia he confiado, Y mi corazón se regocijará en tu salvación. Biblia Serafín de Ausejo 1975 que no diga mi enemigo: 'Le he podido', y goce mi opresor, si yo perezco. Biblia Reina Valera Gómez (2023) mas yo en tu misericordia he confiado; Se alegrará mi corazón en tu salvación. |
Esperando tu salvación se me va la vida; pero he puesto mi esperanza en tu palabra.
Pero su gozo está en quienes lo honran; en aquellos que confían en su gran amor.
En ti confío, mi Dios. No permitas que me humillen. No dejes a mis enemigos que se alegren en mi derrota.
Muchos dolores sobrevienen al malvado, pero el gran amor del Señor envuelve a los que en él confían.
Pero los ojos del Señor observan a los que le temen y confían en su invariable amor.
¡Cuán precioso es tu constante amor, Dios! Toda la humanidad se refugia a la sombra de tus alas.
¡Estoy a punto de desmayar! ¡Esta fuente de dolor no cesa ni un instante!
Pero yo soy como olivo que florece en la casa del Señor. Confío en el gran amor de Dios para siempre jamás.
Sálvame, para que pueda alabarte públicamente en presencia del pueblo en las puertas de Jerusalén, y pueda regocijarme porque me has rescatado.
¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!
Los pastores regresaron dando la gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como se les había dicho.
entréguense al amor de Dios y esperen el día cuando nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.
Esta fue la oración de Ana: «¡Cuánto me ha bendecido! Ahora tengo respuesta para mis enemigos, porque el Señor ha resuelto mi problema. ¡Cuánto se goza mi corazón!