Que diga el pueblo de Israel: «Su gran amor perdura para siempre».
Diga ahora Israel, Que para siempre es su misericordia.
Que todo Israel repita: «Su fiel amor perdura para siempre».
Que lo diga Israel: ¡su bondad es para siempre!
Diga la casa de Israel que su amor es eterno;
Diga ahora Israel, que para siempre es su misericordia.
Todas tus obras, Señor, te alabarán, y tus fieles te bendecirán.
Que la misericordia y la paz de Dios reposen sobre los que viven de acuerdo con esta norma y sobre el Israel de Dios.
Ya que es así, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza por medio de Jesucristo; es decir, confesemos su nombre con nuestros labios.