Después Salomón despidió al pueblo. Todos bendijeron al rey Salomón y regresaron felices a sus casas, por la misericordia que el Señor había tenido con su siervo David y con su pueblo Israel.
Salmos 100:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 adoren al Señor con regocijo. Preséntense ante él con cántico de júbilo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. Biblia Nueva Traducción Viviente Adoren al Señor con gozo. Vengan ante él cantando con alegría. Biblia Católica (Latinoamericana) sirvan al Señor con alegría, lleguen a él, con cánticos de gozo! La Biblia Textual 3a Edicion Servid a YHVH con alegría, Venid ante su presencia con regocijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 adoradle en alegría, entrad con gozo festivo en su presencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con cánticos. |
Después Salomón despidió al pueblo. Todos bendijeron al rey Salomón y regresaron felices a sus casas, por la misericordia que el Señor había tenido con su siervo David y con su pueblo Israel.
Entonces el rey Ezequías ordenó a los levitas que cantaran algunos salmos de David y del profeta Asaf delante del Señor, lo que ellos hicieron con todo gozo, e inclinaron su cabeza y adoraron.
Ezequías organizó después a los sacerdotes y levitas en un cuerpo de servicio para ofrecer los holocaustos y los sacrificios de reconciliación, y para adorar, dar gracias y alabar al Señor.
Mi corazón se consume en la tristeza al recordar aquellos tiempos —¡cómo olvidarlos!— cuando guiaba a una gran multitud hacia el templo en días de fiesta, cantando con gozo, alabando al Señor.
Vayamos ante él con corazón agradecido. Cantémosle salmos de alabanza.
Allí te regocijarás delante del Señor con tus hijos e hijas y siervos. Además, recuerda siempre de invitar a los levitas para que hagan fiesta contigo, porque ellos no tienen tierra propia.
Este es un tiempo de gozo delante del Señor y lo celebrarás con tu familia y toda tu casa. No te olvides de invitar a los levitas que viven en tu ciudad, a los exiliados, a las viudas y a los huérfanos. Invítalos y haz que te acompañen en la celebración en el santuario.
Serás esclavo de tus enemigos por no haber alabado a Dios con gozo y alegría por todo lo que él ha hecho por ti.