En el Señor me encuentro protegido. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye a las montañas para protegerte»?
Salmos 10:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Se jactan de que ni Dios ni el hombre pueden hacer nada contra ellos; siempre estarán libres de problemas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio. Biblia Nueva Traducción Viviente Piensan: «¡Jamás nos sucederá algo malo! ¡Estaremos para siempre sin problemas!». Biblia Católica (Latinoamericana) Dice en su corazón: 'Soy inquebrantable, la desgracia jamás me alcanzará'. La Biblia Textual 3a Edicion Y dice en su corazón: No seré conmovido jamás, El infortunio no me alcanzará. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En su interior se dice: 'Jamás sucumbiré ni tendré nunca reveses'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dice en su corazón: No seré movido: Nunca me alcanzará la adversidad. |
En el Señor me encuentro protegido. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye a las montañas para protegerte»?
Las personas necias afirman que no hay Dios. Están corrompidas, sus obras son detestables; ¡no hay un solo individuo que haga lo bueno!
que no cobra intereses sobre el dinero que presta y se niega a ser testigo contra el inocente por mucho que se le quiera sobornar. Una persona así permanecerá siempre firme.
Dije yo en mi prosperidad: «Esto es para siempre. ¡Ahora nada puede detenerme!
Como Dios no castiga instantáneamente a los pecadores, la gente cree que puede hacer el mal impunemente.
Creíste que tu reino no terminaría jamás, reina de los reinos del mundo. No te diste la menor molestia por mi pueblo o en pensar en el destino de quienes lo maltratan.
«Vamos», dicen. «Conseguiremos vino y haremos fiesta; embriaguémonos. ¡Esto se llama vivir; que siga la fiesta, y mañana será aún mejor!».
El Señor arroja a sus enemigos en el fuego como si fueran espinos; entonces ellos arden como si fueran paja.
Cuando la gente esté diciendo: «Hay paz y seguridad», entonces, de repente vendrá sobre ellos la destrucción. Llegará como le llegan a la mujer embarazada los dolores de parto. No habrá forma de que escapen.
Ella ha vivido en derroches y en placeres sin límites; dale ahora dolores y penas sin límites. Ella se jacta diciendo: “En este trono soy reina. No soy ninguna viuda; nunca sufriré”.