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Salmos 1:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Son como árboles junto a las riberas de un río, que no dejan de dar delicioso fruto cada estación. Sus hojas nunca se marchitan y todo lo que hacen prospera.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Es como árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Será como árbol plantado junto a corrientes de agua,° Que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita, Y todo lo que hace prosperará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Es como árbol plantado en los arroyos, que da el fruto a su tiempo y sus hojas no se secan: en todo lo que hace tiene éxito.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.

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Salmos 1:3
32 Tagairtí Cros  

Por eso, el carcelero ya no se preocupaba de nada, porque José tenía cuidado de cada cosa y el Señor hacía que todas las cosas le salieran bien.


Potifar comprendió que el Señor estaba con José de una manera muy especial.


Por esta razón el Señor estuvo con él y lo hizo prosperar en todo lo que emprendió. Se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a seguir pagando tributos.


»Ahora pues, hijo mío, que el Señor te ayude, para que puedas construir el templo para él, y cumpla lo que ha dicho en cuanto a ti.


Porque si obedeces cuidadosamente las normas y reglamentos que él dio a Israel por medio de Moisés, vas a prosperar. ¡Sé enérgico y valiente, entusiasta y sin miedo!


Todo lo que hizo a favor del templo, lo hizo de todo corazón, con el único propósito de buscar a Dios y de actuar de acuerdo con los mandamientos de la ley. Por eso tuvo éxito en todo lo que se propuso hacer.


De allí en adelante, el rey Ezequías fue inmensamente respetado entre las naciones vecinas, y llegaban a Jerusalén muchas ofrendas para el Señor, y valiosos regalos para Ezequías.


¡Todo lo que desees se cumplirá! Y la luz del cielo iluminará tu camino delante de ti.


Disfrutarás el fruto de tu trabajo; gozarás de dicha y prosperidad.


Que al pasar nadie les diga: «La bendición del Señor sea con ustedes; los bendecimos en el nombre del Señor».


Aun en su vejez producirán fruto y estarán llenos de vida y verdor.


Ellos proclamarán: «El Señor es justo; él es mi Roca y en él no hay injusticia».


Mi pueblo es como secas ramas de árbol, quebradas y puestas como leña debajo de las ollas. Son una nación necia, un pueblo fatuo e insensato, puesto que se aparta de Dios. Por lo tanto, no se apiadará de sus habitantes el que los hizo, ni les mostrará misericordia.


Pero todo le saldrá bien al justo. Díganle: «¡Qué hermosa recompensa te espera!».


Ellos prosperarán como hierba de regadío, como sauces en la ribera del río.


Yo, el Señor, los guiaré de continuo, y les daré de comer en el desierto y siempre tendrán fuerzas. Serán como huerto bien regado, como manantial que fluye sin cesar.


Esta persona es semejante a un árbol plantado a orillas de un río, cuyas raíces penetran hasta encontrar el agua; este es un árbol al que no agobia el calor ni angustian los largos meses de sequía. Su follaje se mantiene siempre verde y produce con regularidad jugosos frutos.


Aunque ya estaba en buena tierra con abundancia de agua como para poder llegar a ser una vid espléndida, produciendo hojas y frutos, no estuvo conforme.


»¡Tu madre fue como una vid plantada al lado de un canal de riego, vigorosa de follaje verde por la abundancia de agua!


Sobrepasaba a todos los demás árboles, se multiplicaron sus ramas y su fronda se extendió gracias a toda el agua que tenían sus raíces.


Toda clase de árboles frutales crecerán en las riberas del río. Las hojas nunca se marchitarán y ni caerán, sino que siempre habrá fruto. Habrá una nueva cosecha de fruta cada mes, ¡sin falta! ¡Es que están regados por el río que fluye del templo! ¡Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina!


Los veo extenderse delante de mí como valles verdes y huertas fructíferas junto al río; como árboles plantados por el Señor mismo; como cedros junto a las aguas.


y el sol ardiente las abrasó y se secaron, porque casi no tenían raíz.


Se acercó a una higuera del camino con la esperanza de encontrar en ella higos, ¡pero sólo encontró hojas! ―¡Nunca jamás produzcas fruto! —le dijo. Y la higuera se secó.


Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió a empleados suyos a recoger lo que le correspondía.


Los dirigentes judíos respondieron: ―Pues matará sin misericordia a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le paguen lo convenido.


El que no está unido a mí lo echan fuera y se seca. Así como le pasa a las ramas que se recogen, se echan al fuego y se queman.


El Señor te bendecirá con grandes cosechas, y te prosperará en todo lo que hagas cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da.


Cuando estas personas asisten a las comidas fraternales de ustedes, comen y beben hasta más no poder, sin pensar en los demás. Son como nubes sin agua arrastradas por el viento. Son como árboles sin frutos en tiempo de cosecha; han sido arrancados de raíz y están totalmente muertos.


y corría en medio de la calle principal de la ciudad. En ambas riberas crecía el árbol de la vida, que produce frutos todos los meses, doce veces al año, y con sus hojas se curan las naciones.