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Rut 2:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Booz se dirigió a ella y le dijo: ―Escucha, hija mía. Quédate aquí para espigar. No vayas a otros campos.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Booz se acercó a Rut y le dijo: —Escucha, hija mía. Quédate aquí mismo con nosotros cuando recojas grano; no vayas a ningún otro campo. Sigue muy de cerca a las jóvenes que trabajan en mi campo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Booz, dirigiéndose entonces a Rut, le dijo: 'Oye, hijita, no vayas a recoger espigas a otra parte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Booz dijo a Rut: ¿No oyes hija mía? No vayas a espigar a otro campo, ni pases tampoco de aquí, sino júntate con mis criadas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Booz dijo entonces a Rut: '¿Me oyes, hija mía? No vayas a espigar a otro campo, ni te alejes de aquí; únete a mis criadas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Boaz dijo a Ruth: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.

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Rut 2:8
11 Tagairtí Cros  

Pero sus criados le dijeron: «Si el profeta le hubiera pedido que hiciera algo extraordinario, ¿no lo habría hecho? Debiera obedecerle, pues lo único que le ha dicho es que vaya y se lave, para que quede sano».


»Cuando cosechen sus campos, no arranquen las espigas que están a la orilla del campo, ni recojan las espigas que hayan caído al suelo.


Varios hombres le trajeron a un paralítico tendido en un camastro. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al enfermo: ―¡Ten ánimo, hijo! ¡Te perdono tus pecados!


Jesús se volvió y le dijo: ―Hija, tu fe te ha sanado. Vete tranquila. Y la mujer sanó en aquel mismo momento.


Por último, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo que es respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es digno de admiración; piensen en todo lo que se reconoce como virtud o que merezca elogio.


Me pidió permiso esta mañana para recoger las gavillas que se les caían a los segadores, y ha estado recogiéndolas desde entonces, salvo unos pocos minutos que estuvo descansando a la sombra.


Sigue detrás de mis segadoras. Yo les he dicho a los hombres que no te molesten; y cuando tengas sed, bebe del agua que sacan los criados.


Pero Elí lo llamó. ―Hijo mío.


El Señor volvió a llamar: ―Samuel. Y nuevamente Samuel se bajó de la cama y corrió a donde estaba Elí. ―Aquí estoy —dijo—. ¿Para qué me necesitas? ―No, yo no te he llamado, hijo mío —dijo Elí—. Vuelve a la cama.