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Rut 1:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero después de comenzado el viaje de regreso, Noemí dijo a sus dos nueras: ―¿Por qué no regresan mejor a casa de sus padres? Quizás Dios las recompense por la fidelidad que han mostrado a sus maridos y a mí.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, ya puestas en camino, Noemí les dijo a sus dos nueras: —Vuelva cada una a la casa de su madre, y que el Señor las recompense por la bondad que mostraron a sus esposos y a mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando estaban en camino de regreso a Judá, Noemí dijo a sus nueras: 'Creo que es mejor que ustedes se vayan a sus casas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Dijo entonces Noemí a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre, ¡haga YHVH con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los difuntos y conmigo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero Noemí dijo entonces a sus dos nueras: 'Id y volved cada una a casa de vuestra madre. Que Yahveh tenga misericordia con vosotras como vosotras la habéis tenido con los que murieron y conmigo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre: Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.

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Rut 1:8
14 Tagairtí Cros  

Que el Señor los recompense fielmente y les reconfirme su amor. Yo también tendré en cuenta el bien que ustedes han hecho.


Las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten al Señor.


Esposas, sométanse a sus esposos, porque así lo ha dispuesto el Señor.


Recuerden que el Señor Jesucristo les dará la parte que les corresponde, pues él es el Señor a quien en realidad sirven ustedes.


Tal vez él las bendiga y les conceda que tengan otro matrimonio feliz. Y las besó. Pero ellas se pusieron a llorar.


―¡Que Dios lo bendiga! Dios ha seguido mostrándonos su misericordia a nosotras y también a tu marido muerto —exclamó Noemí muy emocionada—. Ese hombre es uno de nuestros parientes más cercanos. Él tiene la obligación de ayudarnos.


―¡Dios te bendiga, hija mía! —exclamó—. Porque has sido ahora más bondadosa con Noemí que antes. Naturalmente debías haber preferido a un hombre más joven, aun cuando hubiera sido más pobre.