Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y se rio de pensar que un hombre de cien años pudiera ser padre, y que Sara pudiera tener un hijo a los noventa años.
Rut 1:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 No, hijas mías, regresen a casa de sus padres, porque yo soy demasiado vieja para tener marido. Y aun si ello fuera posible, y yo pudiera concebir esta noche y dar a luz hijos, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, Biblia Nueva Traducción Viviente No, hijas mías, regresen a la casa de sus padres, porque ya soy demasiado vieja para volverme a casar. Aunque fuera posible, y me casara esta misma noche y tuviera hijos varones, entonces, ¿qué? Biblia Católica (Latinoamericana) Les repito, regresen a sus hogares, pues yo soy ya vieja para casarme de nuevo. Y aunque tuviera la remota esperanza de casarme esta misma noche y de tener hijos, La Biblia Textual 3a Edicion Volveos hijas mías, id. Pues he envejecido como para tener marido, y aunque dijera: Tengo esperanza; y esta noche estuviera con marido, e incluso diera a luz hijos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Volveos, pues, hijas mías, andad; que yo soy ya demasiado vieja para volver a casarme. Y aunque os dijera que todavía tengo esperanza, y que esta misma noche habría de tener esposo y aún podría dar a luz hijos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Volveos, hijas mías, e idos; que yo ya soy vieja para ser para varón. Y aunque dijese: Esperanza tengo; y esta noche estuviese con marido, y aun diere a luz hijos; |
Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y se rio de pensar que un hombre de cien años pudiera ser padre, y que Sara pudiera tener un hijo a los noventa años.
Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera, que no se casara por el momento y que se quedara en la casa de sus padres, hasta que Selá tuviera edad suficiente para casarse con ella. Realmente era una excusa, porque temía que su hijo menor también muriera al casarse con ella. Tamar, pues, volvió a vivir con sus padres.
Para que una viuda pueda estar inscrita en la lista, debe tener por lo menos sesenta años de edad y no haber tenido más de un esposo.
Pero Noemí replicó: ―Es mejor que regresen a su pueblo. Yo no voy a tener más hijos que puedan casarse con ustedes.
¿esperarían ustedes a que ellos crecieran? No, por supuesto que no, queridas hijas mías. ¡No saben cuánto siento que el Señor me haya castigado de esta manera y que esto les cause dolor!