Si pecas, ¿conmoverás con ello el cielo y derribarás a Dios de su trono? Aunque peques una y otra vez, ¿en qué lo afectarás a él?
Proverbios 8:36 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero el que me rechaza, se hace daño a sí mismo; el que me aborrece ama la muerte. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero el que no me encuentra se perjudica a sí mismo. Todos los que me odian aman la muerte». Biblia Católica (Latinoamericana) pero el que me ofende atenta contra su vida,
todos los que me odian eligieron la muerte. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el que peca contra mí, defrauda su propia alma; Todos los que me aborrecen aman la Muerte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mas quien peca contra mí, a sí mismo se daña; todos los que me odian, aman la muerte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte. |
Si pecas, ¿conmoverás con ello el cielo y derribarás a Dios de su trono? Aunque peques una y otra vez, ¿en qué lo afectarás a él?
cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán de sus malas intenciones,
los matará su desvío e inexperiencia, su despreocupación y necedad los destruirá.
Para aprender, se tiene que amar la disciplina, pero aborrecerla es ser un ignorante.
El que rechaza la corrección se daña él mismo; el que atiende la reprensión gana entendimiento.
La furia del rey es como el rugir del león, hacerlo enojar es arriesgar la vida.
La riqueza que se obtiene por la lengua mentirosa se esfuma como la niebla y es como una trampa mortal.
Hasta la mirada de sus rostros los traiciona y pone de manifiesto su culpa. Y se vanaglorian de que su pecado es igual al pecado de Sodoma. ¡Ni vergüenza les da! ¡Qué catástrofe! Se han acarreado su propia condenación.
¿Por qué se empeñan en morir tú y tu pueblo? ¿Por qué elegir la guerra, el hambre y la enfermedad que el Señor ha anunciado a toda nación que no se someta al rey de Babilonia?
¡Déjenlos como cosa del pasado y pidan a Dios ayuda para que puedan recibir pensamientos y sentimientos renovados! Pues ¿por qué habrían de morir, israelitas?
Diles: “¡Se los aseguro, dice el Señor Dios, que no me complazco para nada en la muerte del impío, sino que deseo que el impío se arrepienta de sus maldades y viva! ¡Dejen de cometer maldades!, pues ¿por qué habrían de morir, oh israelitas?”.
Entonces Pablo y Bernabé valientemente les dijeron: «Era necesario que las buenas noticias de Dios las conocieran primero ustedes los judíos. Pero como las rechazan y se muestran indignos de la vida eterna, no nos queda otro remedio que ofrecérselas a los gentiles.
Si alguien no ama al Señor, que Dios lo maldiga. ¡Ven, Señor nuestro!
¿No piensan ustedes que merece un mayor castigo el que haya pisoteado al Hijo de Dios?, ¿el que haya despreciado la sangre del pacto por la cual había sido santificado y que haya insultado así al Espíritu de gracia?
¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos esta gran salvación? El Señor anunció primero esta salvación y luego nos fue confirmada por los que la oyeron.