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Proverbios 4:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¡Su comida es la maldad y su bebida la violencia!

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Biblia Reina Valera 1960

Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Se alimentan de la perversidad y beben el vino de la violencia!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El crimen se volvió su pan, y la violencia, el vino de que tienen sed.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque comen pan de iniquidad, Y beben vino de violencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

se alimentan del pan de la maldad y beben el vino de la violencia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia.

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Proverbios 4:17
17 Tagairtí Cros  

¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo? Devoran a mi pueblo como pan; y en cuanto a orar, ¡ni pensarlo!


El que habla el bien, cosechará el bien, pero los traidores tienen hambre de violencia.


La comida que se gana con engaños tal vez sea sabrosa, pero al final será como llenarse la boca de arena.


El agua robada es más refrescante; y el pan que se come a escondidas sabe mejor!


¡Ay de los que llevan sus pecados a rastras como toro enlazado!


Dicen que lo bueno es malo y lo malo es bueno, que lo negro es blanco y lo blanco negro, dulce lo amargo y amargo lo dulce.


¡Cuídate de tu vecino! ¡Cuídate de tu hermano! Cada cual se aprovecha del otro y siempre andan hablando mal de todo el mundo.


Esto es lo que el Señor dice contra los falsos profetas, los que descarrían a este pueblo: «Ustedes le anuncian la paz a quienes les dan de comer, pero a quienes no les dan nada, les anuncian la guerra.


Tus ricos han conseguido sus riquezas por medio de la extorsión y la violencia; tus ciudadanos están tan acostumbrados a la mentira que no saben decir la verdad.


¡Se han vuelto expertos en hacer lo malo, a tal punto que no hay quien les supere en maldad! El gobernador exige recompensas, el juez acepta sobornos y el rico hace lo que le da la gana. ¡Por eso la ciudad se ha pervertido!


Sus jefes son como leones rugientes que acechan a sus víctimas para quitarles cuanto tienen. Sus jueces son como rapaces lobos nocturnos que no dejan ni los restos de su presa para la mañana.


»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque ni entran al reino de los cielos ni dejan entrar a nadie!