El edicto fue enviado por medio de los mensajeros más rápidos del rey, después de haber sido proclamado en la ciudad de Susa. El rey y Amán se sentaron a beber, mientras que la ciudad se llenó de confusión y pánico.
Proverbios 29:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cuando los justos tienen el poder, el pueblo se alegra; pero cuando los malvados tienen el poder, el pueblo sufre. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando los justos están en el poder, el pueblo se alegra; cuando domina un malo, el pueblo gime. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando abundan los justos, el pueblo se regocija, Cuando gobierna el impío, el pueblo gime. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando abundan los justos, el pueblo se alegra; cuando domina un malvado, el pueblo gime. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando los justos están en autoridad, el pueblo se alegra; mas cuando gobierna el impío, el pueblo gime. |
El edicto fue enviado por medio de los mensajeros más rápidos del rey, después de haber sido proclamado en la ciudad de Susa. El rey y Amán se sentaron a beber, mientras que la ciudad se llenó de confusión y pánico.
Mardoqueo se puso las vestiduras reales de azul y blanco y la gran corona de oro, con un manto de lino y púrpura, y salió de la presencia del rey por todas las calles de la ciudad, que estaban llenas de gente que le aclamaba.
Cuando el justo prospera, la ciudad entera se alegra; cuando el malvado muere, la ciudad grita de alegría.
Cuando los justos prosperan, todos se alegran, cuando los malvados triunfan, todos se esconden.
El gobernante malvado es tan peligroso para los pobres como el león rugiente o el oso hambriento.
Cuando los malvados triunfan, la gente se esconde; cuando los malvados caen, los justos prosperan.
Otro mal he visto al observar el acontecer del mundo, algo triste relativo a reyes y gobernantes:
pues he visto otorgar mucha autoridad a los necios, y que a los ricos no se les concede el puesto de honor que les corresponde.
Luego observé opresión y tristeza por toda la tierra: lloraban los oprimidos y nadie les ayudaba, mientras sus opresores contaban con poderosos aliados.
Entonces Herodes se puso furioso por la burla de los sabios y mandó matar a todos los niños varones que vivieran en Belén y sus alrededores y que tuvieran dos años o menos. Lo ordenó así tomando en cuenta el tiempo que los sabios le habían indicado.
El séptimo ángel tocó la trompeta, y varias voces potentísimas gritaron desde el cielo: «El reino de este mundo pertenece ahora a nuestro Señor y a su Cristo; y él reinará para siempre».