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Proverbios 28:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Los que abandonan la ley alaban al malvado; los que la cumplen luchan contra él.

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Biblia Reina Valera 1960

Los que dejan la ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán con ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Rechazar la ley es enaltecer a los perversos; obedecer la ley es luchar contra ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los que abandonaron la ley aplauden al malvado, los que observan la Ley se indignan contra él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los que abandonan la Ley alaban al impío, Los que guardan la Ley rompen con ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Quien abandona la ley ensalza al malvado, quien observa la ley rompe con él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los que abandonan la ley, alaban a los impíos: Mas los que la guardan, contenderán con ellos.

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Proverbios 28:4
31 Tagairtí Cros  

―Tú eres el que ha traído este desastre —respondió Elías—. Porque tú y tu familia se han negado a obedecer al Señor, y han adorado a Baal.


Una vez allí, Elías les dijo: ―¿Hasta cuándo estarán ustedes vacilando entre dos opiniones? —le preguntó al pueblo—. ¡Si el Señor es Dios, síganlo; pero si Baal es Dios, sigan a Baal!


Un día de reposo, estando en el campo, vi a unos hombres que pisaban lagares, acarreaban manojos de trigo, y cargaban los burros con vino, uvas, higos y todo tipo de productos que habían recogido aquel día para llevar a Jerusalén. Me opuse a ellos inmediatamente.


Uno de los hijos de Joyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sambalat el horonita, de modo que lo expulsé de mi lado.


Estos hombres se vanaglorian de todos sus malos deseos, injurian a Dios y felicitan al ambicioso.


Aunque alguien se diga feliz toda la vida, y la gente lo elogie por sus logros,


Algo espantoso ha ocurrido en este país:


Herodías odiaba a Juan, porque este se había atrevido a decirle al rey que era incorrecto que se casara con ella.


―Juan —le respondió Jesús—, bautízame, porque nos conviene cumplir lo que Dios manda. Y Juan lo bautizó.


Y cuando vio que entre los que iban a bautizarse había muchos fariseos y saduceos, les dijo: «Crías de víboras, ¿quién les dijo que así podrán escapar de la ira de Dios que vendrá sobre ustedes?


La gente gritaba: «¡Ha hablado un dios, no un hombre!».


Como Pablo y Bernabé discutieron con ellos y se les opusieron con todas sus fuerzas, los creyentes los enviaron a Jerusalén, acompañados de varios creyentes, para que consultaran el asunto con los apóstoles y los ancianos.


Pero como muchos no querían creer y maldecían el Camino públicamente, Pablo decidió no predicarles más. Separó entonces a los creyentes y comenzó a discutir diariamente en la escuela de Tirano.


Saben muy bien que el castigo que impone Dios por esos delitos es la muerte; y sin embargo, continúan cometiéndolos y se deleitan cuando otras personas los practican.


No participen de las acciones malas de los que viven en oscuridad, las cuales no traen ningún provecho. Más bien, háganles ver sus pecados.


También saben que antes nos habían insultado y maltratado en Filipos. A pesar de eso, nuestro Dios nos dio valor y nos atrevimos a anunciarles el evangelio en medio de una gran lucha.


Ellos pertenecen a este mundo y, naturalmente, hablan de los asuntos del mundo y el mundo les presta atención.


Amados, me había propuesto escribirles acerca de la salvación que Dios nos ha dado; pero ahora es preciso escribirles para que luchen y defiendan con firmeza la verdad que Dios, una vez y para siempre, dio a su santo pueblo.