Gritan como animales entre la maleza, apiñándose para protegerse bajo las ortigas.
Proverbios 24:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Había espinas por todas partes; la hierba cubría el terreno, y su cerca de piedras estaba derrumbada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida. Biblia Nueva Traducción Viviente Vi que habían crecido espinos por todas partes. Estaba cubierto de maleza, y sus muros, destruidos. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡ortigas por todas partes, el suelo cubierto de zarzas, el muro de piedras caído! La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí todo estaba cubierto de espinas, Su faz estaba cubierta de ortigas, Y su muro de piedra, derribado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y he visto que todo eran ortigas, la maleza cubría el terreno, la cerca se había derrumbado; Biblia Reina Valera Gómez (2023) y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba derribada. |
Gritan como animales entre la maleza, apiñándose para protegerse bajo las ortigas.
¡que estas tierras produzcan espinos en lugar de trigo, y malas hierbas en vez de cebada!». Fin de las palabras de Job.
El perezoso desea mucho pero obtiene poco; el que trabaja obtendrá todo lo que desea.
La reverencia al Señor da vida, seguridad y nos libra de cualquier daño.
El perezoso no labra la tierra en otoño, en tiempo de cosecha buscará y no hallará.
Al perezoso no le faltan excusas: «¡Hay un león allá afuera! —dice— ¡Me matarán en la calle si salgo!».
porque los borrachos y los glotones acaban en la pobreza, y los dormilones vestidos de harapos.
Derribaré las cercas y dejaré que mi viña sea pisoteada por las vacas y ovejas que en ella pastan.
No la podaré ni la escardaré sino dejaré que la invadan maleza y espinos. Ordenaré a las nubes que no lluevan más sobre ella.
El Señor dice a la gente de Judá y Jerusalén: Aren en la dureza de sus tierras, y no siembren sobre los cardos.
El terreno lleno de espinos es el corazón del que escucha el mensaje, pero se afana tanto en esta vida que el amor al dinero ahoga en él la Palabra de Dios, y cada vez trabaja menos para el Señor.
Pero si lo único que produce es espinos y abrojos, resulta ser un mal terreno y se le condena al fuego.