Te sentirás como si durmieras en alta mar, recostado en el mástil mayor.
Proverbios 23:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Después dirás: «Me pegaron y ni siquiera lo sentí. No me di cuenta cuando me golpearon. ¿Cuándo despertaré para ir a buscar otro trago?». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar. Biblia Nueva Traducción Viviente Y entonces dirás: «Me golpearon pero no lo sentí. Ni siquiera me di cuenta cuando me dieron la paliza. ¿Cuándo despertaré para ir en busca de otro trago?». Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Me golpearon..., pero no me dolió! ¡Me pegaron..., pero no lo sentí! La Biblia Textual 3a Edicion Y dirás: Me han golpeado y no me ha dolido, Me han sacudido y no lo he sentido, En cuanto despierte, volveré a pedir más. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Me han pegado y no me ha dolido. Me han golpeado, y no me he dado cuenta. Cuándo despierte volveré a por más.' Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dirás: Me hirieron, pero no me dolió; me golpearon, pero no lo sentí; cuando despierte, aún lo volveré a buscar. |
Te sentirás como si durmieras en alta mar, recostado en el mástil mayor.
Aunque al necio lo muelas y lo vuelvas a moler y lo reduzcas a polvo como al grano, no le quitarás lo necio.
Pero en vez de ello, cantan, danzan y juegan, comen y beben. «Comamos, bebamos y alegrémonos, dicen, ¡qué más da, si mañana moriremos!».
«Vamos», dicen. «Conseguiremos vino y haremos fiesta; embriaguémonos. ¡Esto se llama vivir; que siga la fiesta, y mañana será aún mejor!».
He oído los gemidos de Efraín: «Gravemente me has castigado; pero yo lo necesitaba, así como hay que amansar al ternero para el yugo. ¡Vuélveme otra vez a ti y restáurame, pues sólo tú eres el Señor, mi Dios!
Señor, tú no aceptas sino la verdad. Castigándolos has tratado de hacer que reflexionen y sean honrados, pero no quieren cambiar. Los has arruinado, pero no escarmientan y se niegan a dejar su conducta malvada. Con el rostro como dura piedra por su terquedad, están empecinados en no arrepentirse.
Así, después de haber perdido la vergüenza, se han entregado sin freno alguno a cometer toda clase de inmoralidades. A pesar de que hacen cuanta maldad les viene en gana, nunca están satisfechos.
»Que ninguno de ustedes, al oír las advertencias de esta maldición, piense livianamente y se diga: “Prosperaré aun cuando me conduzca de acuerdo con mi propio capricho”. Porque será la ruina de todos.
Hay un viejo proverbio que dice: «El perro vuelve a su vómito», y otro que dice: «la puerca lavada vuelve a revolcarse en el lodo». Así les pasa a esas personas.