Proverbios 23:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Hijo mío, dame tu corazón y que tus ojos se deleiten en mis caminos de sabiduría. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos. Biblia Nueva Traducción Viviente Oh, hijo mío, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis caminos. Biblia Católica (Latinoamericana) Atiéndeme, hijo mío, no pierdas de vista el camino que te indico. La Biblia Textual 3a Edicion Dame, hijo mío, tu corazón, Y observen tus ojos mis caminos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Confía en mí, hijo mío; disfruten tus ojos en mis sendas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. |
Quien sea sabio, que entiende estas cosas y vea el gran amor del Señor.
Dichosos los que obedecen sus normas, y lo buscan con todo su corazón.
Hijo mío no olvides nunca mis enseñanzas. Guarda mis mandamientos en tu corazón,
mi padre me enseñaba y me decía: «Guarda en tu corazón mis palabras, obedece mis mandamientos, y vivirás.
Todo aquel que es sabio y prudente entenderá estas cosas. Todo aquel que es inteligente, que escuche y siga mis consejos. Pues los senderos del Señor son verdaderos y justos, y las personas buenas caminan por ellos. Pero la gente mala se pierde en sus propios malos pasos.
«El que quiera seguirme tiene que amarme más que a su padre, a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso más que a su propia vida. De lo contrario, no podrá ser mi discípulo.
Y, mejor todavía, sobrepasaron nuestras más altas expectativas: lo primero que hicieron fue dedicarse por entero al Señor y luego se pusieron a nuestra disposición, de acuerdo con la voluntad de Dios.
Pido también que, por medio de la fe, Cristo habite en sus corazones, y que ustedes echen raíces y se cimienten en el amor,
Ámalo con toda tu capacidad mental, con todo lo que eres y con todo lo que vales.
Así comprobamos el cumplimiento de las profecías, y ustedes hacen bien en examinarlas cuidadosamente. Ellas son como antorchas que disipan la oscuridad, hasta que el día esclarezca y la estrella de la mañana brille en sus corazones.