Qué dulces son tus palabras a mi paladar; son más dulces que la miel.
Proverbios 22:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Porque es grato que las guardes muy dentro de ti, y las tengas listas en tus labios para repetirlas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; Si juntamente se afirmaren sobre tus labios. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues es bueno guardar estos dichos en tu corazón y tenerlos siempre a flor de labios. Biblia Católica (Latinoamericana) Te gustará conservarlas en tu memoria y tenerlas listas en tus labios cada vez que tú quieras. La Biblia Textual 3a Edicion Porque será bueno que las guardes dentro de ti, Y las establezcas sobre tus labios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 te será grato guardarlas bien adentro, tenerlas todas juntas en tus labios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; y si juntamente se afirmaren en tus labios. |
Qué dulces son tus palabras a mi paladar; son más dulces que la miel.
Que se llenen mis labios de alabanza, pues tú me enseñas tus decretos.
Son más deseables que el oro, más que el oro refinado. Son más dulces que la miel que destiló del panal.
En los labios del sabio hay palabras de sabiduría, pero para el necio son los azotes en la espalda.
Los labios del justo aconsejan a muchos, pero los necios mueren por falta de sentido común.
Los labios del sabio esparcen sabiduría; el corazón del necio no la conoce.
Al sabio de corazón, se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber.
La sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento te llenará de alegría.
El consejo oportuno es como naranjas de oro con incrustaciones de plata.
Hijo mío, toma en cuenta mis consejos, escucha atentamente mis palabras.
No pierdas de vista mis palabras, grábalas en lo más profundo de tu corazón.
Escuchen las cosas importantes que tengo que decirles; mis labios hablarán cosas rectas.
Son tus palabras las que me dan ánimo y consuelo; ellas son como alimento para mi vida desesperada, traen alegría a mi corazón triste y me deleitan. ¡Qué orgulloso estoy de contribuir para que tu nombre se vuelva más famoso, oh Señor de los ejércitos!
»Los sacerdotes deberían encargarse de dar a conocer al pueblo mis instrucciones, y estar siempre dispuestos a enseñar las cosas buenas que yo quiero mi pueblo realice. ¡Ellos son los mensajeros del Señor Todopoderoso!
De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva, como dice la Escritura.
Ya que es así, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza por medio de Jesucristo; es decir, confesemos su nombre con nuestros labios.