Pero Urías no fue a su casa, sino que pasó aquella noche en la puerta del palacio, con los otros siervos del rey.
Proverbios 21:30 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Nadie, por inteligente o sabio que sea, puede enfrentarse al Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No hay sabiduría, ni inteligencia, Ni consejo, contra Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente No hay sabiduría humana ni entendimiento ni proyecto que puedan hacerle frente al Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Ante Yavé no hay sabiduría, inteligencia o prudencia que valgan. La Biblia Textual 3a Edicion No hay habilidad, ni inteligencia, Ni consejo frente a YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo que valga contra Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová. |
Pero Urías no fue a su casa, sino que pasó aquella noche en la puerta del palacio, con los otros siervos del rey.
Cuando Ahías oyó que alguien llamaba a la puerta, gritó: «Pasa, esposa de Jeroboán. ¿Por qué pretendes pasar por otra persona? Tengo tristes noticias para ti.
―Ninguno de nosotros —contestó uno de los oficiales—. Es el profeta Eliseo el que le dice al rey de Israel las mismas palabras que tú hablas en lo más privado de tu habitación.
¿Puedes atarlo de la nariz con una cuerda, o atravesarle la quijada con un garfio?
El hombre puede hacer muchos planes, pero la decisión final es del Señor.
Todo lo que pasa está decidido de antemano; desde antiguo ya se sabía lo que cada ser humano habría de ser. Así que es inútil que discutas con Dios sobre tu destino.
El Señor, el Dios de la batalla, ha hablado; ¿quién podrá cambiar sus planes? Cuando su mano se mueve, ¿quién puede detenerlo?
¿Qué valor tienen las promesas del faraón? Las palabras solas nada son ante la fuerza, ¡y tú confiando en su ayuda, te has rebelado contra mí!
¡Ay del ser humano que lucha contra su Creador! ¿Acaso discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la arcilla con quien le da forma, diciéndole: «¡Alto, te has equivocado!»? ¿O exclama la vasija: «¡Qué torpe eres!»?
El Señor dice: No se enorgullezca el sabio en su sabiduría, ni el poderoso en su poder, ni el rico en su riqueza.
Los marineros trataron de hacer volver la nave a tierra, remando arduamente, pero fue imposible. El mar estaba demasiado embravecido y no lo podían vencer.
Por lo tanto, recomiendo que dejen tranquilos a estos hombres. Si lo que enseñan y hacen obedece a impulsos personales, pronto se desvanecerá.
Mas si es de Dios, ustedes no podrán detenerlos. ¡No sea que descubran que han estado peleando contra Dios!
pero alguien informó al rey de Jericó que dos israelitas habían llegado a la ciudad aquella tarde como espías.
Y también: «Es una piedra con la cual tropezarán y una roca que hará que caigan». Tropiezan porque no obedecen la palabra, ya que para ello estaban destinados.