El que mantiene la boca cerrada se libra de problemas.
El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada, y no te meterás en problemas.
El que pone un guardia a su boca y a su lengua, se libra de muchos tormentos.
El que guarda su boca y su lengua, Guarda su alma de penurias.
Quien guarda su boca y su lengua, guarda su vida de la angustia.
El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias.
Ayúdame, Señor, a mantener cerrada mi boca y sellados mis labios.
En las palabras del que habla mucho, seguramente encontrarás pecado; el sabio sabe cuando callar.
Los malvados quedan atrapados en sus propias palabras mentirosas, pero el justo se libra de ese aprieto.
El que cuida sus palabras, cuida su vida; el que descuida sus palabras provoca su propia ruina.
El camino del justo se aparta del mal; el que quiere salvar su vida, se fija por dónde va.
La lengua tiene poder para vida o para muerte; los que la aman sufrirán las consecuencias.
Si alguien se cree religioso pero no controla su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.