Los perezosos empobrecen pronto; los que trabajan mucho enriquecen pronto.
Proverbios 20:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 No seas dormilón o terminarás en la pobreza; mantente despierto y tendrás abundante pan. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No ames el sueño, para que no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te saciarás de pan. Biblia Nueva Traducción Viviente Si te encanta dormir, terminarás en la pobreza. ¡Mantén los ojos abiertos y tendrás comida en abundancia! Biblia Católica (Latinoamericana) No te acostumbres a dormitar, vendría la pobreza; ten abiertos los ojos y tendrás pan. La Biblia Textual 3a Edicion No te aficiones al sueño, No sea que te empobrezcas, Despega tus ojos y te saciarás de pan. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No ames el sueño: te empobrecerías; ten abiertos los ojos: te hartarás de pan. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No ames el sueño, para que no te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan. |
Los perezosos empobrecen pronto; los que trabajan mucho enriquecen pronto.
El que trabaja su tierra tendrá abundante comida, pero el que vive soñando no es inteligente.
El perezoso desea mucho pero obtiene poco; el que trabaja obtendrá todo lo que desea.
«¡Esto no sirve!», dice el comprador al regatear, pero después se jacta de su buena compra.
El que trabaja su tierra tendrá comida en abundancia; el que pierde el tiempo tendrá pobreza en abundancia.
Madruga para preparar el desayuno a su familia, y les asigna las tareas del día a sus criadas.
El capitán bajó a buscarlo y, cuando lo encontró, le gritó: ―¿Qué haces aquí dormido? ¡No es tiempo de dormir! ¡Levántate y clama a tu Dios! ¡Quizás tenga misericordia de nosotros y nos salve!
No sean perezosos; sirvan al Señor con el entusiasmo que da el Espíritu.
Tenemos que vivir así, sabiendo que el tiempo vuela. ¡Despertemos! Nuestra salvación está más cerca ahora que cuando creímos por primera vez.
Despierten y no pequen más, porque algunos de ustedes no conocen a Dios. Para avergonzarlos les digo eso.
Estando aún entre ustedes, pusimos una regla: «El que no trabaja, que tampoco coma».