Los hermanos se sintieron molestos y se llenaron de envidia, pero Jacob se quedó pensando qué significaría todo aquello.
Proverbios 18:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada, los litigios son como cerrojos de ciudadelas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar. Biblia Nueva Traducción Viviente Un amigo ofendido es más difícil de recuperar que una ciudad fortificada. Las disputas separan a los amigos como un portón cerrado con rejas. Biblia Católica (Latinoamericana) Hermanos que se ayudan son como una fortaleza, y los amigos, como los cerrojos de una torre. La Biblia Textual 3a Edicion El hermano ofendido es más tenaz que un castillo fuerte,° Y los litigios entre hermanos son como cerrojos de fortaleza. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hermano ofendido es más que un fortín, las disputas son como cerrojos de un baluarte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar. |
Los hermanos se sintieron molestos y se llenaron de envidia, pero Jacob se quedó pensando qué significaría todo aquello.
Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues sentía odio hacia él por lo que le había hecho a su hermana Tamar.
Absalón dijo a sus servidores: ―Esperen hasta que Amnón se embriague, y entonces, a una señal mía, mátenlo. No teman, yo soy el que manda aquí y esto es una orden. Sean valientes y háganlo.
Cuando los israelitas comprendieron que el rey hablaba en serio y que se negaba a escucharlos, comenzaron a gritar: «¡No queremos que ningún descendiente de David nos gobierne! ¡No tenemos nada que nos una a David, el hijo de Isaí! ¡Que el hijo de David reine sobre su propia familia! ¡Israelitas, regresemos a nuestras casas!». Así que los israelitas se fueron a sus casas. Pero Roboán continuó siendo rey de los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.
Ese día, Judá mató a quinientos mil de los mejores guerreros de Israel.
Es mejor ser paciente que poderoso; mejor es dominarse a sí mismo que conquistar una ciudad.
El echar suertes termina con los pleitos y arregla los desacuerdos entre las partes en pugna.
El hombre se llena con el fruto de su boca, y se sacia con lo que habla.
El desacuerdo que surgió entre ellos fue tan grande que se separaron. Bernabé tomó entonces a Marcos y zarpó con él hacia Chipre,
Pero cuando el hermano mayor de David, Eliab, supo lo que decía David, se enojó. ¿Qué haces aquí? —le preguntó—. ¿No debes estar cuidando las ovejas? Yo conozco tu soberbia y tu malicia; solamente has venido a curiosear y ver la batalla.