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Proverbios 16:32 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Es mejor ser paciente que poderoso; mejor es dominarse a sí mismo que conquistar una ciudad.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El que demora en encolerizarse vale más que un héroe; el que sabe dominarse es más que el conquistador de una ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Más vale paciencia que valentía, Y dominarse que conquistar una ciudad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Más vale saber sufrir que ser héroe, ser dueño de sí que conquistar una ciudad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mejor es el lento para la ira que el poderoso; y el que domina su espíritu, que el que toma una ciudad.

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Proverbios 16:32
16 Tagairtí Cros  

Los ríos Abaná y Farfar, de Damasco, son mucho mejores que todos los ríos de Israel juntos. Si de ríos se trata, yo me lavaré en ellos y me libraré de mi lepra». Se marchó furioso.


El Señor es misericordioso y compasivo, es lento para enojarse y está lleno de amor.


El que controla su enojo es muy inteligente; el que se enoja fácilmente es un necio.


El que se enoja fácilmente provoca peleas; el que controla su enojo las apacigua.


Es mejor humillarse con los pobres que repartirse el botín con los ricos.


Las canas son corona de gloria y se obtienen viviendo una vida justa.


Se puede echar suertes, pero el Señor es quien decide el resultado.


El buen juicio hace al hombre calmar su enojo y el pasar por alto la ofensa le trae honra.


Por medio de la paciencia se puede convencer al gobernante; la lengua amable puede quebrantar hasta los huesos.


Como ciudad con sus murallas destrozadas es el hombre que no se sabe dominar.


Mejor es terminar que comenzar. La paciencia es mejor que el orgullo.


No te dejes llevar por la ira, porque eso es necedad.


No te dejes, pues, vencer por el mal, sino vence el mal haciendo el bien.


Por tanto, imiten a Dios como hijos amados.


Mis queridos hermanos, pongan atención: Todos ustedes deben estar listos para escuchar, pero deben ser lentos para hablar y para enojarse.


Al que salga vencedor, le daré el derecho de que se siente junto a mí en el trono, de la misma manera que al vencer yo me senté con mi Padre en su trono.