El que se enoja fácilmente provoca peleas; el que controla su enojo las apacigua.
Proverbios 16:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El hombre perverso provoca peleas, el chismoso aleja a los mejores amigos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos. Biblia Nueva Traducción Viviente El alborotador siembra conflictos; el chisme separa a los mejores amigos. Biblia Católica (Latinoamericana) El hombre perverso provoca las disputas, y el que anda con cuentos divide a los amigos. La Biblia Textual 3a Edicion El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso divide a los mejores amigos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El hombre perverso provoca reyertas, el calumniador divide a los amigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El hombre perverso siembra discordia; y el chismoso aparta a los mejores amigos. |
El que se enoja fácilmente provoca peleas; el que controla su enojo las apacigua.
El perverso anda en busca de la maldad; sus palabras son como fuego devorador.
El verdadero amigo siempre ama, y en tiempos de necesidad es como un hermano.
El que perdona la ofensa conserva el amor; el que insiste en ella, separa a los mejores amigos.
Los labios del necio lo meten en continuas peleas; sus palabras le causan azotes.
Los chismes son como delicioso bocado, pero penetran hasta lo más profundo del ser.
El hombre que se violenta fácilmente provoca pleitos y comete toda clase de pecados.
que al batir la leche se obtiene mantequilla, que al sonarse fuerte la nariz sangra, y que provocar la ira causa pleitos.
su corazón es perverso, siempre está planeando el mal y provocando peleas.
Se entregaron a toda clase de injusticias e inmoralidades sexuales, de perversidad, avaricia y maldad. Están llenos de envidias, homicidios, contiendas, engaños y perversidades.
Temo que cuando vaya no me guste lo que encuentre, y a ustedes no les guste la manera como yo reaccione. Temo que haya entre ustedes pleitos, envidias, iras, divisiones, chismes, murmuraciones, soberbias y alborotos.
gritó: ―¿Por qué prestas atención a los que dicen que trato de hacerte daño? Este mismo día comprenderás que no es cierto. El Señor te puso a mi merced aquí en la cueva, y algunos de mis hombres me dijeron que te diera muerte, pero yo no quise, porque me dije: “Jamás le haré daño alguno a mi señor porque es el ungido del Señor”.