Qué dulces son tus palabras a mi paladar; son más dulces que la miel.
Proverbios 16:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Las palabras amables son como la miel, endulzan el alma y dan salud al cuerpo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos. Biblia Nueva Traducción Viviente Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo. Biblia Católica (Latinoamericana) Las conversaciones benévolas son como un panal de miel: agradables al paladar, buenas para la salud. La Biblia Textual 3a Edicion Panal de miel son los dichos agradables. Dulces para el alma y saludables para los huesos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Panal de miel son las palabras amables; delicia para el alma, solaz para el cuerpo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Panal de miel son las palabras amables, dulces al alma y medicina a los huesos. |
Qué dulces son tus palabras a mi paladar; son más dulces que la miel.
Son más deseables que el oro, más que el oro refinado. Son más dulces que la miel que destiló del panal.
Hay quienes hieren con sus palabras, pero las palabras del sabio traen alivio.
Qué grato es dar la respuesta adecuada, y todavía más grato cuando es oportuna.
El Señor detesta el pensamiento de los malvados, pero le agradan las palabras limpias.
El corazón alegre es una buena medicina, pero el ánimo triste debilita el cuerpo.
hasta en lo más profundo de mi ser me alegraré cuando hables con justicia y rectitud.
El consejo sincero de un amigo endulza el alma, como el perfume y el incienso alegran el corazón.
Porque el Predicador no sólo era un sabio, sino un buen maestro; no sólo enseñaba al pueblo, sino que lo hacía de modo interesante.
Tus labios, amada mía, destilan miel. Sí, miel y crema escondes bajo tu lengua, y el aroma de tus vestidos es como el de los montes y cedros del Líbano.
Son tus palabras las que me dan ánimo y consuelo; ellas son como alimento para mi vida desesperada, traen alegría a mi corazón triste y me deleitan. ¡Qué orgulloso estoy de contribuir para que tu nombre se vuelva más famoso, oh Señor de los ejércitos!
Mis palabras caerán sobre ustedes como suave lluvia y rocío, como lluvia sobre el pasto tierno, como lluvia sobre las laderas.
Lo tomé entonces y me lo comí. Y, efectivamente, me fue dulce en la boca, pero al tragármelo me amargó el estómago.