En la tierra de Uz vivía un hombre llamado Job, hombre bueno que temía a Dios y se abstenía de lo malo.
Proverbios 16:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El camino del justo se aparta del mal; el que quiere salvar su vida, se fija por dónde va. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El camino de los rectos se aparta del mal; Su vida guarda el que guarda su camino. Biblia Nueva Traducción Viviente El camino de los íntegros lleva lejos del mal; quien lo siga estará a salvo. Biblia Católica (Latinoamericana) El camino de los hombres buenos los aleja del mal; el que mira por dónde va seguirá vivo. La Biblia Textual 3a Edicion El camino de los rectos es apartarse del mal, El que guarda su camino guarda su alma. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El camino de los justos es evitar el mal; quien vigila sus pasos guarda su vida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El camino de los rectos es apartarse del mal: El que guarda su camino guarda su alma. |
En la tierra de Uz vivía un hombre llamado Job, hombre bueno que temía a Dios y se abstenía de lo malo.
El que cumple los mandamientos conserva su vida; el que los desprecia muere.
El camino del perverso está lleno de espinas y trampas, pero el que estima su vida se mantendrá alejado de ellas.
Y un gran camino atravesará lo que fue desierto, se le llamará «Camino Santo». Ningún hombre de corazón perverso podrá andar por él. Por él andará Dios con ustedes; ni el más torpe se extraviará.
En todas las naciones él ve con agrado a las personas que lo adoran y actúan con justicia.
Por eso trato de que mi conciencia esté siempre limpia delante de Dios y de los hombres.
Mas nosotros no somos de los que se vuelven atrás y terminan perdiéndose, sino de los que tienen fe y alcanzan la salvación.
entréguense al amor de Dios y esperen el día cuando nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.
Y ahora, que la gloria, la majestad, el imperio y la potencia sean eternamente del único Dios, Salvador nuestro por medio de Jesucristo, quien tiene poder para conservarlos sin caída y, con gran alegría, presentarlos sin tacha ante su gloriosa presencia. Amén.
Por cuanto me has obedecido y has sido constante, te protegeré de la gran tribulación y tentación que vendrán sobre el mundo para poner a prueba a la humanidad.