Soy más sabio que los ancianos, porque he obedecido tus mandamientos.
Proverbios 15:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El corazón sabio busca el conocimiento, pero la boca de los necios se alimenta de necedades. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El corazón entendido busca la sabiduría; Mas la boca de los necios se alimenta de necedades. Biblia Nueva Traducción Viviente El sabio tiene hambre de conocimiento, mientras que el necio se alimenta de basura. Biblia Católica (Latinoamericana) El inteligente anda en busca del saber, la boca de los tontos repite sus necedades. La Biblia Textual 3a Edicion El corazón entendido busca la sabiduría, Pero la boca de los necios se apacienta de necedad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El corazón sensato busca la ciencia, la boca de los necios se apacienta de necedad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El corazón entendido busca el conocimiento; mas la boca de los necios se alimenta de necedades. |
Soy más sabio que los ancianos, porque he obedecido tus mandamientos.
El que es sabio y los escucha, adquiere mayor sabiduría, y el entendido recibe dirección
Para el afligido, todos los días traen problemas; para el de corazón alegre, todos los días son de fiesta.
El inteligente adquiere conocimiento, el sabio escucha atentamente para encontrarlo.
A mis profetas les dicen: «¡A callar! ¡Basta de mensajes suyos!». O dicen: «No nos digan la verdad, dígannos algo agradable, dígannos mentiras alegres. Olvídense ya de esas cosas tristes que anuncian, ya hemos oído más que suficiente de su Santo de Israel».
El pobre necio engañado come cenizas. Confía en lo que jamás podrá darle ayuda alguna y, sin embargo, no logra preguntarse: «¿Será acaso falso esto, este ídolo que tengo en la mano?».
»Efraín pone su confianza en lo que no sirve y tiene su esperanza en el país del este, pues hace alianzas con Asiria y envía regalos a Egipto para que le ayuden, pero será inútil. Sin cesar aumenta sus mentiras y sus actos de violencia».
Los bereanos eran mucho más nobles que los tesalonicenses, y escucharon gustosos el mensaje. Todos los días examinaban las Escrituras para comprobar si lo que Pablo y Silas decían era cierto.
Más bien, crezcan en el amor y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea dada la gloria ahora y hasta la eternidad! Amén.