Pero el Señor tuvo misericordia del pueblo de Israel, y no permitió que fuera totalmente destruido. Dios se compadeció de ellos y también se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
Oseas 7:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Yo los ayudé y los fortalecí, sin embargo ahora se vuelven contra mí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo los entrené y los hice fuertes, pero ahora, traman maldades en mi contra. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando les daba la fuerza, maquinaban contra mí. La Biblia Textual 3a Edicion Aunque Yo adiestré° y fortalecí sus brazos, Ellos piensan mal contra mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras yo los adiestraba, y fortalecía sus brazos tramaban el mal contra mí. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Aunque yo ceñí y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal. |
Pero el Señor tuvo misericordia del pueblo de Israel, y no permitió que fuera totalmente destruido. Dios se compadeció de ellos y también se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
El Señor levantó un libertador entre los israelitas que los libró de la tiranía de los sirios, de modo que los israelitas pudieron vivir tranquilos en sus casas, como antes.
»¡Dichoso el hombre a quien Dios corrige! Cuando peques, no menosprecies el castigo del Señor.
¿Por qué se unen las naciones en contra del Señor y en vano conspiran?
¿Hasta cuándo estarán en contra de un hombre tratando de matarlo? Para ellos soy como un muro inclinado o una cerca a punto de caer.
Dichosos aquellos a los que tu corriges, Señor; a los que tú instruyes en tu ley.
Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te enojes cuando te reprenda;
Nada hay tan engañoso ni tan absolutamente perverso como el corazón. Nadie es capaz de conocer a fondo su maldad.
Gente, ¿qué están pensando, que se atreven a desafiar al Señor? ¡Él los destruirá de un solo golpe! ¡Ustedes no tendrán una segunda oportunidad!
El Espíritu Santo se expresó a través del rey David, tu siervo, de esta manera: »“¿Por qué se rebelan los paganos y por qué hablan en vano las naciones?
Sin embargo, aunque lo sabían muy bien, no quisieron ni adorar a Dios ni darle gracias. Al contrario, se pusieron a concebir ideas estúpidas y, en consecuencia, sus necios entendimientos se oscurecieron.
Así podemos destruir la altivez de cualquier argumento y cualquier muralla que pretenda interponerse para que el hombre conozca a Dios. De esa manera, hacemos que todo tipo de pensamiento se someta para que obedezca a Cristo.
Acaso han olvidado ya las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes como algo sin importancia la disciplina del Señor ni te desalientes cuando te reprenda,
Como yo disciplino y castigo a los que amo, tendré que castigarte si no abandonas esa indiferencia y te arrepientes.