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Oseas 5:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»Los jefes de Judá han llegado a ser como esa gente que corre los cercados en los campos para robar terrenos. Por eso, derramaré sobre ellos mi incontenible cólera como si fuera mar embravecido.

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Biblia Reina Valera 1960

Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Los líderes de Judá han llegado a ser como ladrones; por lo tanto, derramaré mi enojo sobre ellos como una cascada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Como los reyes de Judá han tratado de ensanchar sus dominios, mi furor los va a llevar como un torrente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los príncipes de Judá son como los que desplazan linderos,° Derramaré mi ira sobre ellos como el agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

los príncipes de Judá son como los que desplazan los linderos; sobre ellos derramaré mi furor como agua.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.

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Oseas 5:10
15 Tagairtí Cros  

Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.


Derrama sobre ellos tu furia y consúmelos con la fiereza de tu ira.


Todo el día me rodean como un mar. Me han rodeado por completo.


Empezar una pelea es como abrir las compuertas de un río; así que mejor no la empieces.


No le robes a tu vecino cambiando los linderos que establecieron tus antepasados.


Tus caudillos son rebeldes, compinches de ladrones; todos son sobornables y no defienden a las viudas ni a los huérfanos.


y se fundirán como la plata en el calor intenso, y sabrán que yo, el Señor, he desahogado mi cólera sobre ustedes”».


Pronto derramaré mi cólera contra ti y permitiré que termine su obra de castigarte por todas tus obras perversas. No te perdonaré ni te tendré piedad, y sabrás que yo, el Señor, soy quien lo está haciendo.


Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los fuertes vientos, la casa se derrumbó y su ruina fue irreparable».


Pero el que oye lo que enseño y no me obedece se parece al hombre que construyó su casa sobre tierra y sin cimientos. Cuando la corriente de agua la azotó, la casa se derrumbó y quedó echa pedazos».


»Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, no cambies los límites de la propiedad de tu prójimo. Esos límites se establecieron desde hace mucho tiempo.


“Maldito sea el que mueve las marcas de los límites de su propiedad y la de su vecino”. Y todo el pueblo responderá: “Amén”.