Pero después debe esperar siete días para quedar purificado y poder llevar a cabo de nuevo sus deberes en el templo.
Números 6:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Al día siguiente, el octavo, llevará dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, en la entrada del santuario. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión. Biblia Nueva Traducción Viviente En el octavo día llevará al sacerdote, a la entrada del tabernáculo, dos tórtolas o dos pichones de paloma. Biblia Católica (Latinoamericana) El octavo día ofrecerá dos tórtolas o dos pichones al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas. La Biblia Textual 3a Edicion Al octavo día llevará dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la entrada de la Tienda de Reunión, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al octavo día presentará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones a la entrada de la tienda del encuentro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y en el octavo día traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de la congregación; |
Pero después debe esperar siete días para quedar purificado y poder llevar a cabo de nuevo sus deberes en el templo.
»Si alguno desea ofrecer un holocausto de aves, puede elegir tórtolas o palominos.
»Cuando hayan pasado los días de su purificación, y esto se aplica tanto si su bebé es niño o niña, deberá presentar un cordero de un año como holocausto, y un pichón de paloma o una tórtola como ofrenda por su pecado. Debe llevarlos a la puerta del santuario y entregarlos al sacerdote.
Una de las aves será para la ofrenda por el pecado y la otra para el holocausto, junto con la ofrenda de harina; y el sacerdote hará expiación por aquella persona delante del Señor.
Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma y se presentará delante del Señor, a la entrada del santuario, y se los entregará al sacerdote.
Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma y los llevará al sacerdote, a la entrada del santuario.
Él murió por nuestros pecados y resucitó para poder presentarnos justos ante Dios.