Entonces el Señor le dijo: ―Abram, ten la seguridad de que tus descendientes van a vivir como esclavos en una tierra extraña, y los tratarán mal durante unos cuatrocientos años.
Números 20:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Nuestros antepasados tuvieron que emigrar a Egipto y se quedaron allí por mucho tiempo, y luego los egipcios los esclavizaron. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; Biblia Nueva Traducción Viviente Nuestros antepasados bajaron a Egipto y allí vivimos un largo tiempo. Los egipcios nos maltrataron brutalmente, tanto a nosotros como a nuestros antepasados; Biblia Católica (Latinoamericana) Nuestros padres bajaron a Egipto y allí permanecieron por mucho tiempo, pero los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros padres. La Biblia Textual 3a Edicion cómo nuestros padres bajaron a Egipto, cómo estuvimos en Egipto largo tiempo, y cómo los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros padres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nuestros padres bajaron a Egipto, y estuvimos en Egipto muchos años. Pero los egipcios nos trataron mal, a nosotros y a nuestros padres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; |
Entonces el Señor le dijo: ―Abram, ten la seguridad de que tus descendientes van a vivir como esclavos en una tierra extraña, y los tratarán mal durante unos cuatrocientos años.
También llevaron todo el ganado y todas las pertenencias que habían acumulado en la tierra de Canaán. De ese modo Jacob y sus familiares llegaron a Egipto.
Es decir que a Jacob lo acompañaron todos sus seres queridos: hijos, hijas, nietos y nietas.
Al séptimo día el niño murió, y los siervos de David tenían miedo de decírselo. «Si estaba tan quebrantado por la enfermedad del niño —decían— ¿qué será de él cuando le digamos que el niño está muerto?».
Entonces el faraón ordenó a su pueblo que echaran al río Nilo a todo niño hebreo que naciera, pero que a las niñas las dejaran con vida.
Los hijos de Jacob y sus descendientes habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años, y el último día del año cuatrocientos treinta todo el pueblo del Señor salió de Egipto.
Y azotaban a los capataces israelitas que habían nombrado, y les decían: «Ni ayer ni anteayer cumplieron con la cuota diaria de producción de ladrillos, ¿por qué?».
―¿Es poco —dijeron burlonamente— que nos haya sacado de Egipto, tierra que fluye leche y miel, para hacernos morir en este desierto terrible? ¡Y ahora quieres convertirte en nuestro rey!
Cuando llegaron a Cades, Moisés envió el siguiente mensaje al rey de Edom: «Somos los descendientes de tu hermano Israel. Tú sabes nuestra triste historia.
Pero cuando clamamos al Señor, él nos oyó y envió un ángel que nos sacó de Egipto, y ahora estamos en Cades acampados en los límites de tu tierra.
Dicho rey se puso en contra de nuestro pueblo y obligó a los padres a abandonar a sus hijos recién nacidos para que murieran.
Los egipcios nos maltrataron y nosotros clamamos al Señor Dios de nuestros antepasados. Él nos oyó y vio nuestros trabajos, sufrimientos y opresiones,