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Nehemías 4:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero nosotros oramos a nuestro Dios y colocamos guardias que vigilaran de día y de noche.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que oramos a nuestro Dios y pusimos guardias en la ciudad día y noche para protegernos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos prevenidos y que Dios había hecho fracasar su plan, volvimos todos a la muralla, cada cual a su trabajo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero nosotros oramos a nuestro Dios, y nos pusimos en guardia contra ellos día y noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos apercibidos y que Dios había desbaratado sus planes, todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

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Nehemías 4:9
15 Tagairtí Cros  

―Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.


Como si eso fuera poco, los de Judá comenzaron a quejarse, y decían: «Los cargadores están muy cansados, y todavía quedan muchos escombros para botar. ¡Jamás podremos reconstruir la muralla!».


Mientras tanto, nuestros enemigos estaban planeando caer sobre nosotros y matarnos, para poner fin a nuestro trabajo.


Desbarata las intrigas de los astutos.


Desbarata los planes de todas las naciones, y frustra todos sus proyectos.


Confía en mí en tus tribulaciones para que yo te libre y puedas darme la gloria.


El Señor vigila cuidadosamente al sabio, pero desbarata las palabras del mentiroso.


Manténganse despiertos y oren, para que la tentación no los venza. Porque es cierto que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».


Ustedes estén siempre vigilantes. Oren para que puedan escapar de todo lo que va a suceder, y así puedan presentarse delante del Hijo del hombre».


Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar.