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Miqueas 4:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Y tú, Jerusalén, ciudad fuerte edificada sobre el monte Sion, volverás a tener el poderío de antes, pues nuevamente serás la capital del reino».

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Biblia Reina Valera 1960

Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En cuanto a ti, Jerusalén, ciudadela del pueblo de Dios, recuperarás tu fuerza y poder soberano. El reino será restaurado a mi muy amada Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y tú, Sión, torre de donde se vigila el rebaño, recuperarás la antigua soberanía, la autoridad real sobre todo Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y tú, Migdal-eder,° colina de la hija de Sión, a ti llegará, Sí, a ti llegará el dominio anterior, El reino de la ciudad de Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En cuanto a ti, Torre del rebaño, Colina de la hija de Sión, hasta ti vendrá y llegará la soberanía de antaño, la realeza de Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y tú, oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión, hasta ti vendrá el señorío primero; el reino vendrá a la hija de Jerusalén.

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Miqueas 4:8
23 Tagairtí Cros  

Entonces Israel viajó y acampó más allá de Migdal Edar (torre de Edar).


Pero David los derrotó y capturó la ciudadela de Sion, que luego se llamó la Ciudad de David.


Palal hijo de Uzay se encargó del trabajo desde la esquina hasta los cimientos de la torre alta que se levanta por encima del palacio del rey, junto al patio de la cárcel. Después estaba Pedaías hijo de Parós.


¡Ábranse, puertas antiguas, y den paso al Rey de la gloria!


Dios mismo es el defensor de Jerusalén.


Porque tú eres mi refugio, alta torre en donde mis enemigos jamás podrán tocarme.


Tu cuello es como la torre de David, engalanada con los escudos de mil héroes.


Y después les daré buenos jueces y sabios consejeros como los que antes tenían. Entonces nuevamente la ciudad de ustedes se llamará «La Ciudad de la Justicia» y «La Ciudad Fiel».


pero el enemigo se detiene a pasar en Nob el resto del día. Amenaza con el puño a Jerusalén que está en el monte Sion.


La aró, le quitó todas las piedras y plantó un viñedo con las más escogidas vides. Edificó una torre para el vigilante y en las rocas cavó un lagar. Estuvo en espera de la vendimia, pero las uvas que se produjeron eran silvestres y agrias, y no dulces como él las esperaba.


»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.


Pero al final los santos del Dios Altísimo dominarán los gobiernos del mundo para siempre”.


Porque vendrán libertadores a Jerusalén y gobernarán sobre todo Edom. ¡Y el Señor será el Rey!


Vendrá el día en que yo reuniré al grupo de sobrevivientes de Israel, y los pastorearé como si fueran ovejas de un redil, como rebaño en las praderas, y serán de nuevo un pueblo alegre y con ánimo de fiesta.


Destruirá los carros de guerra de Efraín y la caballería de Jerusalén. Acabará con el poderío militar de los fuertes y establecerá la paz entre las naciones. Su reino se extenderá de mar a mar, desde el río Éufrates hasta el último rincón de la tierra.


¡Presos, váyanse ahora a la tierra donde está la salvación, porque aún hay esperanza! Prometo ahora darles el doble de cosas buenas por cada dolor que sufrieron.


¡Regocíjate grandemente, pueblo mío! ¡Grita de alegría, Jerusalén! ¡Tu rey viene montado sobre un burrito! ¡Es un rey justo y humilde, y viene a salvarte!


Jacob se levantará con poder y destruirá muchas ciudades».


Entonces les contó la siguiente parábola: «Cierto hombre plantó una viña, la cercó, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a varios labradores. Según el contrato, estos habrían de compartir con el dueño el producto de la viña. El dueño se fue a otra región.


Entonces Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó un viñedo. Puso un cerco alrededor de él, cavó un lagar y construyó una torre para vigilarlo. Luego alquiló el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.


Dios puso a Cristo muy por encima de cualquier gobernante, autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero.


No existirá la noche y por lo tanto no se necesitarán lámparas ni sol, porque Dios, el Señor, los iluminará; y reinarán durante toda la eternidad.