No quedan señales de que tú nos salvarás. Ya no hay profetas. ¿Y quién puede decir cuándo terminará todo esto?
Miqueas 3:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Esos profetas y adivinos quedarán en ridículo, serán el hazmerreír de todos; no tendrán nada que decir, pues Dios no les dará mensajes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces ustedes, videntes, serán avergonzados y ustedes, adivinadores, serán deshonrados. Cubrirán sus rostros, porque no hay respuesta de Dios». Biblia Católica (Latinoamericana) Los videntes se llenarán de vergüenza, y los adivinos, de confusión; unos y otros se taparán la cara porque Dios no les responde. La Biblia Textual 3a Edicion Los videntes serán avergonzados, los adivinos confundidos, Y todos ellos tendrán que cerrar la boca, Porque no habrá respuesta de ’Elohim. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quedarán avergonzados los videntes y los adivinos confundidos. Todos ellos se taparán la boca, porque no hay respuesta de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los videntes serán avergonzados, y confundidos los adivinos; y todos ellos cubrirán sus labios, porque no hay respuesta de Dios. |
No quedan señales de que tú nos salvarás. Ya no hay profetas. ¿Y quién puede decir cuándo terminará todo esto?
Los magos no pudieron presentarse delante de Moisés, pues también ellos, como toda la gente, tenían úlceras llenas de pus.
Yo soy quien pongo al descubierto a los mentirosos falsos profetas haciendo que suceda algo distinto de lo que ellos anuncian. Yo hago que los sabios den consejo contrario del que deben, y los entontezco.
Entonces el pueblo dijo: «Vamos, librémonos de Jeremías. Nosotros tenemos sacerdotes, sabios y profetas, no necesitamos su consejo. Acallémoslo para que no hable más contra nosotros ni nos vuelva a molestar».
Puedes suspirar, pero en forma silenciosa. Que no haya duelo ni llanto ante su tumba, no te descubras la cabeza ni los pies como es la costumbre en estos casos, ni tampoco aceptes la comida que te traigan los amigos para consolarte».
Y harán como he hecho yo; no pueden hacer duelo en público o consolarse comiendo la comida traída por aquellos que se compadecen de ustedes.
»La persona en la que se encuentre una infección deberá rasgar su ropa, andar despeinada, cubrirse el rostro hasta el labio superior y anunciar mientras camina: “¡Soy impuro! ¡Soy impuro!”.
El tiempo viene, dice Dios el Señor, cuando yo enviaré hambre sobre la tierra, pero no hambre de pan o sed de agua, sino de oír y seguir las instrucciones del Señor.
Por eso, cuando rueguen al Señor que los ayude en los tiempos difíciles, él no les hará caso. Cuando procuren su ayuda, el Señor se les esconderá, pues está enojado por los crímenes que ustedes cometen.
¡Que todas las naciones se queden con la boca abierta al ver tus maravillas! ¡Que se avergüencen al ver que su fortaleza es poca cosa ante tu extraordinario poder! ¡Que se queden mudas y sordas al contemplar tus maravillas!
»Entonces nadie se jactará de tener dones proféticos. Nadie usará la túnica típica de profeta para engañar nuevamente al pueblo con sus mentiras.
Saúl consultó a Dios: ―¿Iremos tras los filisteos? ¿Nos ayudarás a derrotarlos? Pero esta vez el Señor no respondió.
―¿Por qué me has molestado haciéndome volver? —preguntó Samuel a Saúl. Estoy muy angustiado —contestó Saúl—. Los filisteos están en guerra con nosotros y Dios me ha abandonado; no quiere responderme ni por profetas ni por sueños. Te he llamado para preguntarte qué debo hacer.
y consultó al Señor sobre lo que debía hacer. Pero el Señor no le contestó ni por sueños, ni por urim, ni por profetas.
―Bien —aprobó Saúl—, vayamos y probemos. Fueron entonces a la ciudad donde vivía el profeta. Mientras subían la colina hacia la ciudad, vieron a algunas jóvenes que salían a sacar agua y les preguntaron si sabían donde vivía el vidente: En aquellos días los profetas eran llamados videntes. «Vamos y preguntemos al vidente», decía la gente en vez de decir «vamos y preguntémosle al profeta».