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Miqueas 3:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¡Oigan ustedes, jefes de Israel! Escuchen ustedes que gobiernan al pueblo de Jacob: ¿Acaso no es deber de ustedes saber lo que es la justicia?

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Biblia Reina Valera 1960

Dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No concierne a vosotros saber lo que es justo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo dije: «¡Escuchen, líderes de Israel! Ustedes deberían saber cómo distinguir entre lo bueno y lo malo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo les diré: Escuchen, jefes de Jacob, señores de las tribus de Israel. ¿No deberían conocer lo que es justo? ¿Por qué, pues, odian el bien y aman el mal?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y digo: Oíd ahora oh príncipes de Jacob y caudillos de la casa de Israel: ¿No es de vosotros saber lo que es justo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y dije: 'Escuchad, pues, jefes de Jacob, gobernantes de la casa de Israel: ¿acaso no os toca a vosotros reconocer el derecho?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dije: Oíd, os ruego, oh cabezas de Jacob, y príncipes de la casa de Israel: ¿No pertenece a vosotros conocer la justicia?

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Miqueas 3:1
21 Tagairtí Cros  

Entonces pregunté a los jefes de Judá: «¿Por qué están profanando el día de reposo?


¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo? Devoran a mi pueblo como pan; y en cuanto a orar, ¡ni pensarlo!


¡Es una buena comparación! Escuchen, jefes de Israel, hombres de Sodoma y Gomorra, como ahora les llamo. ¡Escuchen al Señor! ¡Escuchen lo que les dice!


de modo que no haya justicia para los pobres, las viudas y los huérfanos. Sí, es cierto que hasta roban a las viudas y a los niños sin padre.


»Cada jefe en Israel que vive dentro de tus murallas no piensa más que en el homicidio.


«Hombre mortal, profetiza contra los pastores, los jefes de Israel, y diles: Dios el Señor les dice: “¡Ay de los pastores que se alimentan a sí mismos en vez de alimentar a sus rebaños! ¿No debieran los pastores alimentar a sus ovejas?


Los pastores de Israel comen la mejor comida y llevan la ropa más fina, pero dejan que sus rebaños pasen hambre y frío.


Entonces el Señor me dijo: «Las maldades del pueblo de Israel y Judá son muy graves y toda la tierra está por su culpa llena de muerte e injusticia, pues ellos dicen: “¡El Señor no nos ve! ¡Se ha alejado de este país!”.


»Escuchen esto, ustedes sacerdotes, y todos los jefes de Israel; escuchen, todos los miembros de la familia real: Contra ustedes se ha dictado sentencia, porque han engañado al pueblo con los ídolos en Mizpa y Tabor,


Escúchenme «vacas gordas» de Basán, es decir, mujeres ricas de Samaria, que maltratan a los pobres y humillan a los necesitados, que les ordenan a sus esposos: «¡Tráigannos vino para emborracharnos!».


¡Cuánto van a sufrir aquellos que viven tan tranquilos en Jerusalén! ¡Cuánto van a sufrir aquéllos que viven tan seguros en Samaria! ¡Cuánto van a sufrir aquellos que se creen los más importantes del país, a quienes acuden los israelitas en busca de ayuda!


Yo mismo los sacaré del exilio, los conduciré de nuevo a la libertad, y los llevaré de regreso a su propia tierra. Yo, el Señor, que soy su Rey, iré delante de ellos abriéndoles camino.


Lo digo para que se avergüencen. ¿Es que no hay nadie en la iglesia que sea lo suficientemente sabio para resolver las disputas entre cristianos?


»Designa jueces y funcionarios administrativos en todas las ciudades que el Señor tu Dios te da. Ellos administrarán la justicia en todo el país.