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Mateo 3:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero Juan no quería hacerlo. ―¿Cómo va a ser eso? —le decía Juan a Jesús—. ¡Tú eres el que debería bautizarme a mí!

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Biblia Reina Valera 1960

Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera. —Yo soy el que necesita que tú me bautices —dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes tú a mí?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Juan quiso disuadirlo y le dijo: '¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero él trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y Tú vienes a mí?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Juan quería impedírselo, diciendo: 'Soy yo quien debería ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero Juan le resistía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

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Mateo 3:14
16 Tagairtí Cros  

Jesús fue desde Galilea a donde estaba Juan en el río Jordán, para que lo bautizara.


―Juan —le respondió Jesús—, bautízame, porque nos conviene cumplir lo que Dios manda. Y Juan lo bautizó.


¿Cómo es que la madre de mi Señor ha venido a visitarme?


De la abundancia que hay en él, todos hemos recibido bendición sobre bendición.


Quiero que sepan, hermanos, que muchas veces he tratado de ir a visitarlos para trabajar entre ustedes y ver buenos resultados, como en las otras iglesias gentiles en que he estado; pero he encontrado obstáculos.


Es así porque todos hemos pecado y no tenemos derecho a gozar de la gloria de Dios.


Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados. Cuando creemos esto, Dios nos perdona todos nuestros pecados pasados, pues nos tiene paciencia. De esa manera da a conocer su justicia y muestra que él es justo y que nos hace justos por tener fe en Cristo Jesús.


Y como ustedes son sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, y por eso lo llamamos «Papá, papá».


A los otros sacerdotes la muerte no les permitía continuar con su oficio y por eso llegaron a ser tantos;