Ella me ha bañado en perfume para prepararme para la sepultura.
Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.
Ella ha derramado este perfume sobre mí a fin de preparar mi cuerpo para el entierro.
Al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella preparaba mi entierro.
Porque derramando este ungüento sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.
Pues, al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho con miras a mi sepultura.
Porque derramando este ungüento sobre mi cuerpo, para mi sepultura lo ha hecho.
Luego les dijo a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre. Y los médicos egipcios obedecieron.
Ella hizo lo que pudo. Se ha anticipado a ungir mi cuerpo, preparándolo para la sepultura.
Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé compraron especias perfumadas para ir a ungir el cuerpo de Jesús.
Luego regresaron a su casa y prepararon especias aromáticas y perfumes. Después descansaron el sábado, como lo manda la ley.
Jesús respondió: ―Déjenla en paz. Ella estaba guardando este perfume para el día de mi entierro.