Una tarde, después de tomar la siesta, David se levantó y comenzó a caminar por la terraza del palacio. Mientras contemplaba la ciudad, vio a una mujer muy hermosa, que se estaba bañando.
Mateo 24:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El que esté en la azotea, que no baje a hacer las maletas, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; Biblia Nueva Traducción Viviente La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. Biblia Católica (Latinoamericana) Si estás en la azotea de tu casa, no te demores ni bajes a buscar tus cosas. La Biblia Textual 3a Edicion el de la azotea, no baje a tomar lo de su casa; Biblia Serafín de Ausejo 1975 y el que esté en la terraza no baje a recoger lo que hay en su casa, Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que esté en la azotea, no descienda a tomar algo de su casa; |
Una tarde, después de tomar la siesta, David se levantó y comenzó a caminar por la terraza del palacio. Mientras contemplaba la ciudad, vio a una mujer muy hermosa, que se estaba bañando.
―¿Y qué si lo perjudico en carne propia? —respondió el acusador—. El hombre dará cualquier cosa por salvar su vida. ¡Dáñalo con una enfermedad, y te maldecirá en tu propia cara!
Lo que les digo en la penumbra, proclámenlo a la luz del día; y lo que les susurro al oído, divúlguenlo desde las azoteas.
»Por ello les aconsejo que no se preocupen por la comida, la bebida o la ropa. ¡Es mucho más importante tener vida y un cuerpo, que tener qué comer y qué vestir!
Lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad se conocerá a plena luz, y lo que hayan dicho en secreto, a puerta cerrada, se publicará desde las azoteas.
pero no podían porque había allí mucha gente. Así que subieron al techo e hicieron un hueco entre las tejas, y bajaron al paralítico en la camilla en medio de la gente, hasta ponerlo frente a Jesús.
Al siguiente día, mientras ellos se aproximaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea de la casa a orar.
»Cuando edifiques casa nueva, harás una barandilla alrededor de la azotea para evitar que alguien se caiga, y la culpa de su sangre recaiga sobre la casa y sobre el propietario.
Después de la fiesta, cuando regresaron a la ciudad, Samuel llevó a Saúl a la terraza, donde conversó con él.