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Mateo 23:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¿No se dan cuenta de que se están tildando de hijos de asesinos?

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Biblia Reina Valera 1960

Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Así que al decir eso, dan testimonio en contra de ustedes mismos, que en verdad son descendientes de aquellos que asesinaron a los profetas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así ustedes se proclaman hijos de quienes asesinaron a los profetas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

De modo que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de los que mataron a los profetas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Con esto, estáis declarando vosotros mismos que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.

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Mateo 23:31
11 Tagairtí Cros  

Sus propias palabras se volverán contra ellos y los destruirán. Cuantos los vean se burlarán de ellos.


Todo aconteció a causa de las maldades cometidas por sus profetas y sacerdotes, quienes llenaron la ciudad con la sangre de muchos inocentes.


y al hacerlo dicen: “¡Nosotros no los habríamos matado!”.


¡Acaben de imitarlos! ¡Pónganse a la altura de ellos!


»Yo les enviaré profetas, hombres llenos del Espíritu y escritores inspirados, pero a algunos los crucificarán, a otros les destrozarán las espaldas a latigazos en las sinagogas, y a los demás los perseguirán de ciudad en ciudad.


»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los enviados de Dios! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!


Entonces el rey le contestó: “Eres un empleado malo. Con tus mismas palabras te voy a juzgar. Si sabías que soy muy exigente, que recojo lo que no deposité y cosecho lo que no sembré,


―Ustedes mismos son testigos de lo que han dicho; han elegido al Señor para servirle —dijo Josué. ―Sí —respondieron ellos—, somos testigos.