Jesús, que sabía lo que se traían entre manos, les dijo: ―¡Hipócritas! ¿A quién se creen que están tratando de engañar con preguntas como esas? Enséñenme una moneda. Y ellos le mostraron una moneda romana de plata.
Mateo 22:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y se les ocurrió una nueva idea. Uno de ellos, abogado, preguntó a Jesús: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente Uno de ellos, experto en la ley religiosa, intentó tenderle una trampa con la siguiente pregunta: Biblia Católica (Latinoamericana) Uno de ellos, que era maestro de la Ley, trató de ponerlo a prueba con esta pregunta: La Biblia Textual 3a Edicion Y uno de ellos, experto en la ley, preguntó para tentarlo:° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y uno de ellos, doctor de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces uno de ellos, que era intérprete de la ley, pregunto por tentarle, diciendo: |
Jesús, que sabía lo que se traían entre manos, les dijo: ―¡Hipócritas! ¿A quién se creen que están tratando de engañar con preguntas como esas? Enséñenme una moneda. Y ellos le mostraron una moneda romana de plata.
Varios fariseos se le acercaron y le preguntaron: ―¿Es correcto que un hombre se divorcie de su mujer? Trataban de tenderle una celada.
»¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, porque se han quedado con el control del conocimiento. Ustedes mismos no entran; y a los que quieren entrar, no los dejan».
Jesús les preguntó a los maestros de la ley y a los fariseos: ―¿Está permitido sanar a un enfermo en sábado?
Pero los fariseos y los maestros de la ley no quisieron que Juan los bautizara, y de esta manera rechazaron el propósito que Dios tenía para ellos.
Ellos le estaban poniendo una trampa al hacerle esa pregunta, para así tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en el suelo con su dedo.
Trata de ayudar a Zenas el abogado y a Apolos en el viaje que tienen que realizar. Ocúpate de que nada les falte,