Mateo 21:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿Cuál de los dos obedeció a su padre? ―El primero, por supuesto —le respondieron los principales sacerdotes y los jefes judíos. ―Pues los despreciados cobradores de impuestos y las prostitutas llegarán al reino de Dios antes que ustedes, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente »¿Cuál de los dos obedeció al padre? Ellos contestaron: —El primero. Luego Jesús explicó el significado: —Les digo la verdad, los corruptos cobradores de impuestos y las prostitutas entrarán en el reino de Dios antes que ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora bien, ¿cuál de los dos hizo lo que quería el padre?' Ellos contestaron: 'El primero. Entonces Jesús les dijo: 'En verdad se lo digo: en el camino al Reino de los Cielos, los publicanos y las prostitutas andan mejor que ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Quién de los dos hizo la voluntad del padre? Dicen: El primero. Jesús les dice: De cierto os digo que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?'. Responden: 'El segundo'. Díceles Jesús: 'Os aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que vosotros al reino de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos le dijeron: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras entrarán en el reino de Dios antes que vosotros. |
Diles: “¡Se los aseguro, dice el Señor Dios, que no me complazco para nada en la muerte del impío, sino que deseo que el impío se arrepienta de sus maldades y viva! ¡Dejen de cometer maldades!, pues ¿por qué habrían de morir, oh israelitas?”.
¡El que obedece a mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre!
«Si no se vuelven a Dios, arrepentidos de sus pecados y con sencillez de niños, no podrán entrar en el reino de los cielos.
»Así, pues, los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros».
Cuando el padre le pidió al menor que fuera, este le respondió: “¡Con mucho gusto! ¡Ahora mismo voy!”. Pero no fue. Díganme:
Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni la parte más pequeña e insignificante de la ley se pasará por alto, hasta que esta se cumpla totalmente.
Si ustedes aman sólo a los que los aman, ¿qué de extraordinario tiene eso? ¡Aun la gente mala puede hacerlo!
»Y cuando oren, no hagan como hacen los hipócritas, que oran de pie en las esquinas y en las sinagogas para que todo el mundo los vea. Les aseguro que aparte de eso, no tendrán más recompensa.
»No todos los que se dirijan a mí llamándome “Señor, Señor”, entrarán en el reino de los cielos. Allí sólo entrarán los que obedezcan a mi Padre que está en el cielo.
Al salir del lugar, Jesús vio a Mateo, un cobrador de impuestos que estaba sentado junto a la mesa donde se pagaban los tributos. «Sígueme», le dijo Jesús. Mateo se levantó y se fue con él.
Les digo que de la misma manera se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente».
Entonces el rey le contestó: “Eres un empleado malo. Con tus mismas palabras te voy a juzgar. Si sabías que soy muy exigente, que recojo lo que no deposité y cosecho lo que no sembré,
Todo el pueblo, hasta los que cobraban impuestos, al oír esto reconocieron que lo que Dios pide es justo e hicieron que Juan los bautizara.
Jesús le dijo: ―Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios.
Jesús respondió: ―Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Dios toleró la ignorancia de la humanidad en el pasado, pero ahora ordena que todos se arrepientan,
Sabemos que esto que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella. Por eso, el mundo entero tiene que callar y todos tendrán que reconocer que el juicio de Dios es justo.
La ley vino después para que aumentara el pecado; pero si el pecado aumentó muchísimo, mucho mayor ha sido el amor gratuito de Dios.
El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen. Más bien lo que quiere es que nadie se pierda, por lo que está alargando el plazo para que todos se arrepientan.