Lo que una persona diga ahora determina lo que le espera: o será justificada por sus palabras ¡o por ellas será condenada!».
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Las palabras que digas te absolverán o te condenarán».
Tus propias palabras te justificarán, y son tus palabras también las que te harán condenar.
porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.
Porque tus palabras te justificarán y tus palabras te condenarán'.
El que cuida sus palabras, cuida su vida; el que descuida sus palabras provoca su propia ruina.
La lengua tiene poder para vida o para muerte; los que la aman sufrirán las consecuencias.
Les aseguro que en el día del juicio van a dar cuenta de las cosas que digan descuidadamente.
Algunos maestros de la ley y fariseos se acercaron a Jesús para pedirle que realizara alguna señal milagrosa.