Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor.
Mateo 11:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Díganle, además, que benditos son los que no dudan de mí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente —Y agregó—: Dios bendice a los que no se apartan por causa de mí. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Y dichoso aquél para quien yo no sea motivo de escándalo!' La Biblia Textual 3a Edicion y bienaventurado es todo el que no se escandalice en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y bienaventurado aquel que en mí no encuentre ocasión de tropiezo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí. |
Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor.
pero no hay profundidad en su experiencia, y las semillas no echan raíces profundas; luego, cuando aparecen los problemas o las persecuciones por causa de sus creencias, el entusiasmo se le desvanece y se aparta de Dios.
¡Ay del mundo y sus maldades! La tentación es, ciertamente, inevitable, pero ¡ay de la persona que tienta!
y muchos de ustedes volverán a caer en pecado y traicionarán y aborrecerán a los demás.
Allí Jesús les dijo: ―Esta noche ustedes se alejarán de mí desilusionados, porque las Escrituras dicen que Dios herirá al pastor y las ovejas del rebaño se dispersarán.
Así que si uno de tus ojos te hace pecar, sácatelo y échalo lejos. Es mejor perder un miembro del cuerpo, y no que el cuerpo entero sea echado al infierno.
pues es el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo. Y estaban escandalizados.
Simeón los bendijo y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño ha sido enviado para hacer que muchos caigan o se levanten en Israel. Él será una señal y muchos se le opondrán,
Desde ese momento muchos de sus discípulos lo abandonaron. Entonces, Jesús les preguntó a los doce:
El que no tiene el Espíritu no puede aceptar lo que viene del Espíritu de Dios, pues le parece una locura. No lo puede entender, porque hay que discernirlo con la ayuda del Espíritu.
Algunos hasta se han atrevido a decir que yo predico la circuncisión. ¡Si fuera verdad, habrían dejado de perseguirme, porque tal mensaje no los ofendería! Pero entonces, ¿por qué me persiguen todavía?
Y también: «Es una piedra con la cual tropezarán y una roca que hará que caigan». Tropiezan porque no obedecen la palabra, ya que para ello estaban destinados.