Si un hogar está dividido contra sí mismo, se destruirá.
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
De la misma manera una familia dividida por peleas se desintegrará.
Y si una familia está con divisiones internas, esa familia no podrá subsistir.
Y si una casa se divide contra sí misma, tal casa no podrá permanecer.
y si una casa se divide en bandos, tampoco esa casa podrá resistir.
Los hermanos notaban que su padre prefería a José. Por eso, llegaron a odiarlo y no le podían hablar en buenos términos.
¡Que admirable, que agradable es que los hermanos vivan juntos en armonía!
Si un reino está dividido y los distintos bandos luchan entre sí, pronto desaparecerá.
Y si Satanás pelea contra sí mismo y se divide, no podrá mantenerse y, entonces, ¿en qué irá a parar?
Pero si en vez de hacerlo se muerden y se comen unos a otros, ¡cuidado no sea que acaben por consumirse unos a otros!
porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y todo tipo de maldad.