El rey se puso furioso con el profeta por haber dicho esto. Entonces, señalando con su brazo al profeta, gritó a sus guardias: «¡Arresten a este hombre!». Pero instantáneamente el brazo del rey quedó paralizado, de modo que no podía bajarlo.
Marcos 3:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 En otra ocasión, Jesús entró en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús entró de nuevo en la sinagoga y vio a un hombre que tenía una mano deforme. Biblia Católica (Latinoamericana) Otro día entró Jesús en la sinagoga y se encontró con un hombre que tenía la mano paralizada. La Biblia Textual 3a Edicion Y entró otra vez en la sinagoga, y estaba allí un hombre que tenía seca una mano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entró de nuevo en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano seca; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y otra vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. |
El rey se puso furioso con el profeta por haber dicho esto. Entonces, señalando con su brazo al profeta, gritó a sus guardias: «¡Arresten a este hombre!». Pero instantáneamente el brazo del rey quedó paralizado, de modo que no podía bajarlo.
Llegaron a Capernaúm. El día de reposo por la mañana entraron en la sinagoga, y Jesús comenzó a enseñar.
Así que Jesús recorrió Galilea entera predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.
En los pórticos estaban acostados muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban que se moviera el agua.