¿Hay algo que sea difícil para el Señor? Como te dije, el próximo año, por este tiempo, volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo.
Marcos 1:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Un leproso se le acercó y, de rodillas, le dijo: ―Si quieres, puedes sanarme. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Biblia Nueva Traducción Viviente Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le suplicó que lo sanara. —Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio —dijo. Biblia Católica (Latinoamericana) Se le acercó un leproso, que se arrodilló ante él y le suplicó: 'Si quieres, puedes limpiarme. La Biblia Textual 3a Edicion Y llega a Él un leproso rogándole, y le dice: Si quieres, puedes limpiarme. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llégase a él un leproso que, suplicándole y puesto de rodillas, le dice: 'Si quieres, puedes dejarme limpio'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino a Él un leproso, rogándole; y arrodillándose ante Él, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. |
¿Hay algo que sea difícil para el Señor? Como te dije, el próximo año, por este tiempo, volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo.
Joab y su familia son los culpables. ¡Que no falte nunca entre ellos quien padezca de flujo, o de lepra, o de cojera, o que muera violentamente o padezca hambre!».
El Señor lo atacó con lepra, la que le duró hasta el día de su muerte. Por esta razón vivió solo en una casa. Su hijo Jotán ejercía el gobierno.
Había cuatro leprosos sentados fuera del muro de la ciudad. ―¿Qué hacemos aquí sentados? —se dijeron—.
Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.
Cuando llegaron al valle, la gente los esperaba; y un hombre corrió y se puso de rodillas ante Jesús.
Iba a seguir su camino cuando un hombre llegó corriendo hasta él y, de rodillas, le preguntó: ―Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Entonces se alejó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y se puso a orar:
Luego cayó de rodillas y gritó: ―¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Y al terminar de pronunciar aquellas palabras, murió.