Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Lucas 8:41 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

En eso llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Se arrojó a los pies de Jesús y le suplicó que fuera a su casa,

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Y un hombre llamado Jairo, líder de la sinagoga local, se acercó y cayó a los pies de Jesús mientras rogaba que lo acompañara a su casa.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

En esto se presentó un hombre, llamado Jairo, que era dirigente de la sinagoga. Cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa,

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y he aquí se presentó un varón cuyo nombre era Jairo, un principal de la sinagoga; y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que fuera a su casa,

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Llegó entonces un hombre, llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y, echándose a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa,

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí un varón llamado Jairo, que era príncipe de la sinagoga, vino, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Lucas 8:41
15 Tagairtí Cros  

El jefe de la sinagoga se enojó, porque Jesús había sanado en sábado, y le dijo a la gente: ―Hay seis días en que se puede trabajar. Vengan esos días para ser sanados y no el sábado.


Y se echó sobre sus rodillas, tocando con su rostro el suelo, a los pies de Jesús, y le dio las gracias. Este hombre era samaritano.


Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y le dijo: ―¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!


porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo. Mientras Jesús iba hacia allá, la gente lo apretujaba.


Jesús estaba todavía hablando, cuando llegó alguien de la casa de Jairo, el jefe de la sinagoga, y le dijo: ―Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.


Marta le dijo a Jesús: ―Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.


Después de la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron el siguiente mensaje: «Hermanos, si tienen alguna enseñanza de aliento para el pueblo, tomen la palabra».


Entonces unos griegos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon frente al juzgado. Y a Galión no le importó que lo hicieran.


Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor y se bautizó. Lo mismo hicieron todos los de su familia y muchos otros corintios.


Al enterarse los discípulos de que Pedro andaba cerca de Lida, enviaron a dos hombres a rogarle que fuera a Jope.


Al hacerlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él con arpas y copas de oro llenas de incienso —que son las oraciones del pueblo santo—,