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Lucas 8:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos. Y todos los cerdos corrieron hacia el lago por el despeñadero y se ahogaron.

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Biblia Reina Valera 1960

Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Salieron, pues, del hombre para entrar en los cerdos, y toda la piara se precipitó de lo alto del acantilado, ahogándose en el lago.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Saliendo entonces del hombre, los demonios entraron en los cerdos, y la piara se precipitó por el despeñadero al lago, y se ahogó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Salieron, pues, de aquel hombre los demonios y entraron en los cerdos; la piara se arrojó con gran ímpetu al lago por un precipicio y se ahogó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los puercos; y el hato se arrojó por un despeñadero en el lago, y se ahogó.

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Lucas 8:33
8 Tagairtí Cros  

―Está bien —les respondió Jesús—. Vayan. Y los demonios salieron de los hombres y entraron en aquellos cerdos. Estos se despeñaron desde un acantilado y se ahogaron en el lago.


Un día, Jesús estaba a la orilla del lago de Genesaret y la gente lo apretujaba para oír el mensaje de Dios.


Como había en la colina muchos cerdos comiendo, los demonios le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos. Y él les dio permiso.


Los que cuidaban a los cerdos vieron lo que pasó y se fueron a llevar la noticia al pueblo y por los campos.


Ustedes son de su padre el diablo y quieren cumplir los deseos de él. Desde el principio el diablo ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad porque no hay verdad en él. Él es mentiroso por naturaleza, y por eso miente. ¡Él es el padre de la mentira!


Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar.


Y eran súbditos del ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego, Apolión.